Jueves 28 de marzo de 2024

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Saludo a los consagrados y consagradas de la arquidiócesis de Mendoza

Saludo de monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza, a los consagradro de la arquidiócesis (8 de septiembre de 2020)

“… con todo tu corazón y con toda tu alma,
con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.” (Marcos 12,30)

Mis queridos hermanos y hermanas:

Con estas palabras deseo saludarlos en esta Jornada Nacional de la Vida Consagrada, esperando que puedan vivirla en toda su dimensión reflexiva y de animación de la propia vocación de amor y de servicio en la Iglesia.

En este año tan particular que atravesamos como Humanidad, de tantas preguntas y aflicciones a causa de la virulencia de la pandemia que nos afecta, Uds., con su entrega apasionada por el Reino de Dios, constituyen una respuesta del Señor al corazón de los hombres. Dios nos ama y se hizo uno con nosotros, asumiendo nuestra condición y dignificando nuestra vida como hijos suyos.

Al agradecerles en nombre de esta Iglesia particular su participación en la misión de la Iglesia, tengo en cuenta sus distintos carismas y dones, los cuales enriquecen a esta Arquidiócesis y alientan nuestra propia respuesta personal de creyentes y enviados. Los invito a seguir construyendo esta comunión pastoral al servicio de los hermanos.

En la oración contemplativa, en los distintos servicios a la educación y la formación, en la presencia hospitalaria, en la animación misionera de parroquias y capillas de barrios, pueblos y ciudades, en la entrega solidaria en los barrios más pobres, Uds. nos hablan de Dios y nos invitan a seguirlo.

Especialmente quiero llegar con mis palabras a aquellos consagrados y aquellas consagradas que atraviesan en estos días las consecuencias del Covid19, infectados o expuestos a su inclemencia, principalmente por razón de su misión en merenderos y otras obras solidarias de la Iglesia. Estamos con Uds. y rezamos por su pronta recuperación. Nos anima la esperanza cristiana y el deseo de tenerlos pronto en la ansiada normalidad de encuentros y actividades, restablecidos en plenitud. ¡Los esperamos!

Concluyo mi saludo invitándolos a dar gracias a Dios por ese don tan grande de la vocación. Que vibren hoy y siempre en la alegría de haber sido llamados a un Amor grande y generoso, que los abraza y nos los entrega como hermanos y hermanas, para bendecirnos y fortalecernos en nuestro propio sí.

En Jesús, el buen Pastor y su Madre Santísima, la Virgen del Rosario.

Mendoza, 8 de setiembre de 2020.
Mons. Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza