Martes 23 de abril de 2024

Documentos


Cristo Rey

Reflexión de monseñor Sergio O. Buenanueva, obispo de San Francisco, publicada en "La Voz de San Justo" (20 de noviembre de 2022)

“Sobre su cabeza había una inscripción: «Este es el rey de los judíos». Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». Pero el otro lo increpaba, diciéndole: «¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino». Él le respondió: «Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso».” (Lc 23, 38-44).

Aunque no lo digamos -por temor o vergüenza-, también nosotros le gritamos a Jesús que se baje de la cruz, se salve a sí mismo y, de paso, use su poder para salvarnos a todos. ¿No es esa la naturaleza del poder real, concreto y efectivo? Mostrarse de forma contundente como poder en beneficio propio y, si es necesario, humillando a quien se opone. 

Sin embargo, desde el inicio de su misión hasta la cumbre del Calvario, Jesús sigue otro camino: el que ha aprendido en el hogar trinitario desde el que ha venido a nosotros. El verdadero poder es el despojo de sí, el don de la vida, el amor revestido de humildad y mansedumbre, también de perdón para los verdugos. 

Así Jesús es rey. Como solo Dios puede serlo: crucificado entre dos malhechores. Un Dios humilde, humillado por la arrogancia humana.

“Nos quedamos en silencio ante tu cruz, Señor Jesús. Solo nos atrevemos a hacer como el buen ladrón que te suplicó, llamándote por el nombre, como hace un amigo: «Jesús, acordate de nosotros…». Hoy queremos ser como él: conscientes de nuestra verdad, sin ocultar lo que somos, volvernos a Vos y confesarte Señor y Rey de nuestras vidas. Amén”. 

Mons. Sergio O. Buenanueva, obispo de San Francisco