Tartagal fue consagrada a la Virgen de la Peña. El obispo de Orán pidió construir una comunidad unida e inclusiva bajo la protección de María, madre y mediadora de todos los pueblos.
Participaron unas 3.000 personas, entre sacerdotes, religiosos y religiosas que integran las comunidades, parroquias y movimientos de esa jurisdicción eclesiástica.
Hubo espacios de reflexión, adoración, conformación de grupos, misión en los barrios y hogares de ancianos, bendiciones y diversas actividades recreativas. Participaron 220 misioneros.
La institución se consolidó como el establecimiento educativo más antiguo del barrio y un referente en educación, fe y compromiso comunitario desde su fundación en 1875.