Francisco reflexionó sobre el gran mandamiento de Jesús, sugiriendo que "sólo nos volvemos verdaderamente capaces de amar cuando nos encontramos con Dios, entregándonos a su amor".
Francisco envió sus condolencias por el último tiroteo masivo en Lewiston (Maine), calificándolo de "tragedia indescriptible".
El pontífice encabezó la oración por la paz en la Basílica de San Pedro, a la que se sumaron creyentes de todo el mundo, y pidió que María nos enseñe a "acoger y cuidar toda vida humana".
Francisco se mostró "profundamente entristecido" al enterarse del desastre natural que azotó México, donde al menos veintisiete personas perdieron la vida.