A los 35 años de edad, San Román se retiró a los bosques del Jura, en la frontera de Francia y Suiza, para vivir como ermitaño. Pronto se le reunieron su hermano Lupicino y algunos compañeros más. Después llegaron otros muchos aspirantes a la vida eremítica, entre ellos una hermana de San Román y otras mujeres. Los hermanos construyeron los monasterios de Condat y Leuconne, y para las mujeres construyeron el monasterio donde hoy está el pueblo de Saint-Roman-de-la.-Roche. Después de una intensa vida de oración y privaciones, San Román murió el año 463.