Fue un monje benedictino romano a quien el papa San Gregorio Magno envió el año 597, con otros 40 monjes para llevar la fe cristiana a Inglaterra. Recibidos por el rey Etelberto, en Cantorbery, capital del reino de Kent, Agustín construyó un monasterio, estableciendo allí su sede episcopal. Su vida ejemplar y su predicación, contribuyeron a que se convirtiese el rey y su pueblo. San Agustín bautizó un día de Navidad, a más de 10.000 ingleses. Poco tiempo después Inglaterra era cristiana, la Iglesia quedó establecida y organizada en la Isla y el palacio del rey se convirtió en la catedral primada. San Agustín murió el año 605 y sus restos fueron sepultados en la abadía de Cantorbery.