Nació en Mayorga (España) el 18 de noviembre de 1538 y se doctoró en leyes en Salamanca. Debido a los escándalos que impedían la conversión de los indios en el Perú, Felipe II pensó que Toribio era el único capaz de poner remedio. Pese a ser laico fue elegido obispo de Lima, capital de Sudamérica. Ordenado sacerdote y obispo, en 1581 llegó al Perú donde dedicó 17 de sus 25 años de obispo a visitar todo el país y a evangelizar a los indígenas. Fue uno de los pastores más dinámicos del Nuevo Mundo. Murió en Zaña el 23 de marzo de 1606. Beatificado por Inocencio XI en 1679, Benedicto XIII lo canonizó en 1726. En 1983 Juan Pablo II lo declaró patrono y modelo de los obispos latinoamericanos.