Nació en Alsacia el año 1002, y subió al trono pontificio a principios de 1049. Durante su pontificado, que duró cinco años, luchó contra la simonía que estaba profundamente arraigada en el clero, y lanzó severos decretos contra la decadencia del celibato eclesiástico. La reforma de las costumbres fue su principal objetivo, para lo cual efectuó numerosos viajes a los países de la cristiandad europea. Fue él quien dispuso que la elección del Sumo Pontífice recayese siempre sobre uno de los cardenales. Murió apaciblemente ante el altar mayor de San Pedro, el 19 de abril de 1054.