Oriundo de Belén, José pertenecía a la estirpe del rey David. Según expresión de los evangelistas, era un artesano, pobre de bienes materiales, pero su gloria estriba en haber sido esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. El Evangelio lo llama "varón justo". Su misión consistió en proteger el nacimiento e infancia de Jesús y velar por el honor y prestigio de María. Después desapareció calladamente, como había vivido. Nada se sabe de su muerte. Ciertos indicios, sin embargo, llevan a la conclusión de que habría muerto en el momento en que comienza la vida pública de Jesús. Pío IX lo proclamó patrono de la Iglesia Universal. Este año por ser el IV domingo de Cuaresma, su fiesta litúrgica se traslada al lunes 20 de marzo.