Era muy joven cuando tomó el hábito de monje y recibió la ordenación sacerdotal. Enseguida fue elegido abad del monasterio de Nogent, en Champagne. Bajo su dirección se restableció la disciplina del monasterio el que comenzó a prosperar. En 1104 fue elegido obispo de Amiens. Como nunca olvidó que era monje convirtió a la residencia episcopal en una casa sencilla y humilde donde vivía modestamente. No obstante, gobernó a su diócesis con mano firme y a veces dura, malquistándose con la gente de mal vivir. Murió durante un viaje a Soissons en noviembre de 1115.