Nació en 1197, en Wyche (hoy Droitwich) Inglaterra. Pese a la oposición del rey Enrique III, el papa lo consagró obispo de Chichester. Su gobierno pastoral resume un episodio de la historia de la Iglesia en Inglaterra, que luchaba por su independencia contra el poder temporal. San Ricardo se distinguió, precisamente, por su entereza en la defensa de las libertades de la Iglesia, llegando a ser despojado de todos sus bienes por el rey, y obligado a vivir de limosna. Murió el año 1235. Fue canonizado en 1262 por el Papa Urbano IV.