Los cristianos en Irán, una presencia centenaria

La revista Terrasanta, ofreció una amplia descripción de la presencia cristiana en el país asiático. La comunidad armenia es la más antigua y numerosa.

El último número de Terrasanta, la revista bimensual fundada por la Custodia de Tierra Santa en Jerusalén en 1921, ofreció una amplia descripción de la presencia cristiana en Irán. De una población de 90 millones, solo unos pocos cientos de miles de ciudadanos iraníes profesan el cristianismo. 

En Irán, quedan solo 150.000 cristianos armenios (apostólicos, católicos y evangélicos), 30.000 asirios, 24.000 católicos caldeos y latinos y un puñado de cristianos ortodoxos. La comunidad armenia es la más antigua y numerosa. Su núcleo está en la ciudad de Isfahán, en el centro de Irán. 

Los monumentos más representativos de esa presencia son la catedral de Vank, dedicada a San Salvador, la iglesia de Bedkhem (Belén), la iglesia de San Nicolás, la iglesia dedicada al Bautista, la Virgen y San Gregorio el Iluminador, responsable de la conversión del pueblo armenio al cristianismo, dice el artículo publicado por Terrasanta.net. 

Giuseppe Caffulli, editor jefe de la revista, explicó: "Los armenios estuvieron presentes en el Irán actual durante milenios, interactuando primero con el antiguo imperio persa y, posteriormente, con los gobernantes musulmanes chiítas", impulsando una economía próspera gracias al comercio de la seda y la imprenta, escribe Caffulli. 

En poco tiempo, "Isfahán se convirtió en una ciudad próspera, donde los cristianos convivían en armonía con los musulmanes". 

Caffulli escribe que hoy, mientras Irán y la propia ciudad de Isfahán son blanco de ataques israelíes, cabe recordar la presencia -aunque hoy menos numerosa que en el pasado- de una antigua comunidad cristiana. Hay seis diócesis católicas: cuatro de rito caldeo (cuya sede patriarcal se encuentra en Bagdad, Irak), una armenia (en Isfahán precisamente) y una latina, confiada en 2021 al cardenal Dominique Joseph Mathieu, fraile menor conventual de nacionalidad belga. 

Según el director, también existe una comunidad oculta, compuesta por conversos del islam, especialmente miembros de iglesias evangélicas o pentecostales, que practican su fe principalmente en casa para escapar de las restricciones impuestas por el régimen. 

Si bien la Revolución iraní y el ascenso al poder de los ayatolás en 1979 obligaron a muchos armenios a abandonar el país, los cristianos apostólicos armenios siguen siendo la comunidad no musulmana más grande de Irán y continúan profesando su fe y desempeñando un papel activo en la sociedad, con representación en el parlamento. Una cuarta parte de ellos vive en la zona de Isfahán, de los cuales unos ocho mil en el distrito histórico de Nueva Yolfa, también popular entre los musulmanes. 

Cristianos, judíos y zoroastrianos fueron reconocidos en Irán como minorías religiosas en la Constitución de 1906. En 1928, se les concedió representación parlamentaria. En 1943, también obtuvieron autonomía en aspectos del derecho civil relacionados con la familia: matrimonios, divorcios, testamentos y adopciones. 

Pinturas con escenas evangélicas en la catedral armenia de Vank, dedicada a San Salvador. (Foto: G. Caffulli)

La República Islámica, de hecho, confirmó estas prerrogativas, pero en cumplimiento de las leyes islámicas: control de los programas escolares, prohibición del consumo de alcohol y los juegos de azar. Además, las mujeres deben cubrirse el cabello y renunciar a los cosméticos (en público). 

Otra característica de los cristianos armenios de Irán es la de formar parte de asociaciones caritativas, culturales y deportivas, esenciales para transmitir el espíritu cristiano y la cultura armenia. 

De las más de 24 escuelas armenias que una vez educaron a los niños de la comunidad, solo la mitad hoy tiene un director armenio; las demás son dirigidas por musulmanes, una señal de la interferencia del Estado en la educación. 

En la República Islámica de Irán, especialmente lejos de los barrios como Now Jolfa, no es fácil para los cristianos (armenios y otros) mantener su identidad en una sociedad predominantemente musulmana.+