Domingo 5 de enero de 2025

Triple apertura del Año Jubilar en la diócesis de Jujuy

  • 3 de enero, 2025
  • San Salvador de Jujuy (AICA)
Fue en un penal, en la catedral basílica y en el santuario de la Virgen. Presidió el obispo Daniel Fernández, quien llamó a sembrar la esperanza del Evangelio, del amor y del perdón.
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El obispo de Jujuy, monseñor Daniel Fernández, inició el Año Jubilar en la diócesis con la apertura, el sábado 28 de diciembre, de la Puerta Santa en el Instituto Penitenciario Federal Nuestra Señora del Rosario, de Río Blanco y Paypaya.

Allí se abrió una puerta preparada para la ocasión y los reclusos entraron por ella en el salón-capilla de la Unidad 8.

Monseñor Fernández presidió la misa solemne de inicio del Año Jubilar en la catedral basílica.

La ceremonia empezó en la Recova de la catedral y desde allí la comunidad diocesana se dirigió al templo catedralicio.

El domingo 29 hizo lo propio en el santuario de Río Blanco. La celebración comenzó en el Carmelo de Río Blanco, donde se prendieron los cirios y se leyó parte de la bula papal de convocatoria.

La comunidad se dirigió al santuario mariano, donde se abrió la Puerta Santa y se ingresó siguiendo la cruz que llevaba el párroco.

Una invitación a la esperanza
En la homilía, monseñor Fernández destacó que el Jubileo es una invitación a "redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar".

"Que llegue a serlo para nuestra madre tierra, desfigurada por la lógica del beneficio; que llegue a serlo para los países más pobres, abrumados por deudas injustas; que llegue a serlo para todos aquellos que son prisioneros de viejas y nuevas esclavitudes", pidió.

El prelado jujeño recordó que "todos tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón".

También animó a llevar la esperanza a quienes no pueden más por el cansancio, a quien se siente derrotado en la soledad amarga, "en el sufrimiento que devasta el alma; en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los lugares profanados por la guerra y la violencia". 

"Llevar esperanza allí, sembrar esperanza allí", sostuvo.

"El Jubileo se abre para que a todos les sea dada la esperanza, la esperanza del Evangelio, la esperanza del amor, la esperanza del perdón", profundizó y concluyó: "En esta noche y a lo largo de todo el año, la 'puerta santa' del corazón de Dios se abre para cada uno de nosotros. Jesús, Dios con nosotros, nace para vos, para mí, para nosotros, para todo hombre y mujer. Y con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda".+