Miércoles 24 de abril de 2024

Rezar a Dios como a un "amigo" que ama al mundo, pidió el Papa

  • 13 de mayo, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En su segunda catequesis sobre la oración durante la audiencia general de este miércoles, el papa Francisco instó a rezar a Dios como a un "amigo que ama el mundo y no conoce el odio".
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En su segunda catequesis sobre la oración durante la audiencia general de este miércoles que tuvo lugar en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el papa Francisco instó a rezar a Dios como a un “amigo” que ama al mundo y no conoce de odio. “Dios, dijo el pontífice, siempre está cerca de la puerta de nuestro corazón esperando que la abramos”.



Tras haber iniciado la semana pasada un nuevo ciclo de catequesis sobre el tema de la oración, el Santo Padre dedicó esta segunda reflexión a “la oración del cristiano”.



El pontífice inició señalando que “la oración pertenece a todos: a la gente de cualquier religión, y probablemente también a los que no profesan ninguna. La oración nace en el secreto de nosotros mismos, en ese lugar interior que los autores espirituales suelen llamar “corazón”. Lo que reza, entonces, en nosotros no es algo periférico, no es una facultad secundaria y marginal nuestra, sino que es el misterio más íntimo de nosotros mismos. Este misterio es el que reza”.



“Las emociones rezan, pero no se puede decir que la oración es sólo emoción. La inteligencia reza, pero rezar no es sólo un acto intelectual. El cuerpo reza, pero se puede hablar con Dios incluso en la más grave discapacidad. Por lo tanto, es todo el hombre el que reza, si su “corazón” reza”, explicó el pontífice.



Del mismo modo, “rezar es un impulso, es una invocación que va más allá de nosotros mismos: es algo que nace en lo íntimo de la persona y se extiende, porque advierte la nostalgia de un encuentro. La oración es la voz de un ‘yo’ a tientas a la búsqueda de un ‘tú’”.



El Santo Padre afirmó que “la oración del cristiano nace de una revelación”. “El cristianismo es la religión que celebra continuamente la ‘manifestación’ de Dios, su epifanía. Las primeras fiestas del año litúrgico son la celebración de este Dios que no permanece escondido, sino que ofrece su amistad a los hombres”.



Explicó que “Dios revela su gloria en la pobreza de Belén, en la contemplación de los Magos, en el bautismo en el Jordán, en el milagro de las bodas de Caná”. “Fue Jesús quien reveló a Dios”.



“La oración del cristiano entra en relación con el Dios del rostro piadoso que no quiere inculcar ningún miedo a los hombres. Esta es la primera característica de la oración cristiana”.



Es decir, “si los hombres estaban desde siempre habituados a un Dios un poco intimidante, asustados un poco por ese misterio fascinante y tremendo, si se habían acostumbrado a venerarlo con una actitud servil, parecida al de un súbdito que no quiere faltar al respeto a su señor, los cristianos se dirigen a Él atreviéndose a mirarlo con confianza, llamándolo con el nombre de ‘Padre’”.



El cristianismo “desterró del vínculo con Dios toda relación ‘feudal’. En el patrimonio de nuestra fe no hay expresiones de sometimiento, esclavitud o vasallaje, más bien palabras como alianza, amistad, promesa, comunión y cercanía”.



“Dios es el amigo, el aliado, el esposo. En la oración se puede establecer una relación de confidencia con Él”. “A Dios le podemos pedir todo, explicar todo, contar todo. No importa si en la relación con Dios nos sentimos culpables: no somos buenos amigos, no somos hijos agradecidos, no somos esposos fieles. Él nos sigue queriendo”.



El papa Francisco finalizó la catequesis insistiendo en que “Dios es un aliado fiel: si los hombres dejan de amar, Él continúa queriéndonos, incluso si ese amor lo lleva al Calvario” y recordó que, en la oración del padrenuestro “Jesús nos enseñó a pedir a Dios todo lo que necesitamos. No importa si nos sentimos culpables en nuestra relación con Él, si no hemos sido amigos fieles, ni hijos agradecidos; Dios continúa amándonos, porque Él siempre es fiel”. +