Jueves 21 de noviembre de 2024

Recordaron a la hermana Lugo, una autoridad en bioética

  • 18 de enero, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
En el santuario de Schoenstatt de Belgrano R se recordó a la religiosa portorriqueña que movilizó en la Argentina las jornadas sobre bioética de orientación personalista.
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En el santuario de Schoenstatt del barrio porteño de Belgrano R, se recordó el domingo 14 de enero en una misa a la doctora Elena Lugo, miembro del instituto secular Hermanas de María de ese movimiento, reconocida internacionalmente como una autoridad en bioética de orientación personalista, quien falleció,a los 85 años, el 10 de enero último en Puerto Rico, su país natal.

Doctorada en Filosofía Contemporánea en la Universidad de Georgetown,  Washington,Estados Unidos, y nombrada en 2001 integrante de la Pontificia Academia para la Vida por el papa san Juan Pablo II, la hermana Lugo tuvo una actuación fructífera en la Argentina, donde durante casi dos décadas residía la mayor parte del año.

Aquí fue la organizadora y movilizadora de 16 jornadas anuales sobre temas de bioética: la primera, realizada durante tres días en 1999 en el santuario de Schoenstatt, en Florencio Varela, tuvo unos 80 asistentes. En los años siguientes, las jornadas, concentradas en un día, fueron reuniendo más y más participantes, hasta llegar a unos 700 asistentes.

La hermana Lugo era la movilizadora de esos encuentros que convocaban a médicos, juristas, sacerdotes, integrantes de movimientos apostólicos, etc. con temas de actualidad sumamente atrayentes y bien preparados. Por ejemplo, “La dignidad en el morir y el significado de la muerte”,” Visión personalista de la sexualidad”, “La adicción y la vulnerabilidad humana”, “Visión orgánica: el cuerpo humano como santuario del espíritu” e “Interpretación de la sexualidad según la dignidad e integridad del ser persona como espíritu encarnado”.

Otras jornadas trataron sobre “Cuestiones bioéticas en torno a la vida vulnerable en la Argentina actual”, “Realidad natural y construcción social en tensión. Los elementos constitutivos del matrimonio en peligro”, “Bioética y Derecho: crisis de relación entre legalidad y legitimidad moral” o “Nuevos desafíos: niños medicamentos y la adopción de embriones congelados;  reflexión a la luz de Dignitas Personae”.

Recuerdo de un colega
Uno de sus colaboradores, el doctor Lorenzo García Samartino, médico, recordó como una nota característica de la hermana Lugo su “benevolencia”, que le permitía llegar no solamente a quienes estaban identificados con los principios de la Iglesia y del orden natural, sino también a quienes sostenían posturas diferentes o aun contrarias, que la escuchaban y la invitaban también a sus encuentros en centros de estudio de otras orientaciones.

La hermana hacía sentir a cada uno que lo amaba y luego al dialogar con afecto rompía el hielo y desarmaba la distancia que otros podían tener por razones ideológicas.

Entre otras personas que colaboraron estrechamente con la doctora Lugo se encontraban la hermana Virginia Perera, la profesora Silvina Lastra de Viña, la doctora en Psicopedagogía e investigadora educacional Cecilia Barni y la periodista María Silvina Rocca.

Celebró la misa el padre Guillermo Carmona, sacerdote de Schoenstatt, quien destacó en el Evangelio del día la curiosidad de los discípulos que se acercaron a Jesús preguntándole “¿Dónde vives’” y se dejaron deslumbrar hasta jugarse la vida por Él y compartir con los demás la riqueza que habían descubierto.

Agradeció el ejemplo de vida de la hermana Lugo y animó a consagrar los corazones a la Mater (la Madre Tres Veces Admirable, devoción mariana de Schoenstatt), para que “siempre nos encienda el corazón en el amor por su hijo, Jesús”.

Trayectoria profesional
Con una larga trayectoria como profesora de Filosofía en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, Elena Lugo descubrió su vocación de hermana de María e inició su postulantado cuando tenía ya 37 años, en 1975, e hizo su consagración perpetua en 1984.  

Más allá de su actuación en su país de origen y en el orden internacional, la hermana Lugo dejó una profunda huella en la Argentina.  Entre sus muchas funciones y  actividades, fue catedrática visitante en la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA), consultora en bioética clínica del sanatorio Mater Dei, en la ciudad de Buenos Aires, e integrante de la Academia del Plata. 

Expuso en  conferencias en la Academia Nacional de Medicina  y en distintas universidades, como la Católica Argentina (UCA), de Buenos Aires (UBA), CAECE, Nacional de Rosario (UNR), de Cuyo, Austral, Católica de La Plata y otras, así como en hospitales, sociedades médicas, seminarios diocesanos y otros centros de estudios. Conectó sus estudios éticos con diversas realidades profesionales, como la enfermería y la ingeniería.   

Desde nuestro país y desde Puerto Rico codirigió la Comisión de Bioética Padre José Kentenich, incorporada a la Federación Internacional de Institutos de Bioética de Orientación Personalista, con sede en el Vaticano.+ (Jorge Rouillon)