Viernes 26 de abril de 2024

Procesiones de Semana Santa podrían trasladarse a septiembre

  • 26 de marzo, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Decreto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos
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La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, emitió un decreto que actualiza las indicaciones generales dadas a los obispos en el último documento oficial promulgado el pasado 19 de marzo. Entre otras cosas el decreto contempla que las expresiones de piedad popular, las procesiones de Semana Santa y el triduo pascual podrían trasladarse a los días 14 y 15 de septiembre según la determinación del obispo diocesano.



Al recordar que la fecha de la Pascua no se puede trasladar, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos recuerda que en los países afectados por la enfermedad del Coronavirus Covid-19, tanto obispos como sacerdotes deben celebrar los ritos de la Semana Santa en un lugar adecuado, sin la presencia de gente, omitiendo el saludo de la paz y evitando la concelebración.



Igualmente indica que se puede avisar a la gente sobre la hora de las celebraciones. También destaca la importancia de los medios de comunicación y sus servicios de transmisión en directo, insistiendo en la importancia de dedicar una parte del día a la oración y el ejercicio litúrgico. Además, recuerda que las jurisdicciones eclesiásticas deben entregar subsidios a la gente para promover la oración familiar y personal.







En particular sobre las celebraciones de la Semana Santa hace las siguientes aclaraciones:



Domingo de Ramos: Debe celebrarse en un lugar cerrado, específicamente en el interior de un edificio sagrado. Las Iglesias catedrales deben adoptar la segunda forma prevista en el Misal romano. Las parroquias y demás lugares emplearán la tercera forma.



Misa Crismal: De acuerdo con la situación de cada país, los episcopados se encargarán de dar indicaciones sobre el posible cambio de fecha.



Jueves Santo: Teniendo presente que ya es facultativo, se debe omitir el lavatorio de los pies. Finalizando la Misa de la Cena del Señor, debe omitirse la procesión y en el Sagrario se reservará el Santísimo Sacramento. Para este día hay una concesión particular para que los sacerdotes celebren la misa en el lugar adecuado sin la presencia de gente.



Viernes Santo: Los Obispos deben encargarse de preparar una intención especial para el momento de la Oración Universal. En dicha intención debe recordar a los que se encuentran en situación de peligro por causa de la enfermedad, es decir, enfermos y difuntos. Durante la adoración de la Cruz, el beso estará limitado al celebrante.



Vigilia pascual: Solo se debe celebrar en las Iglesias Catedrales y parroquiales. En el momento de la liturgia bautismal se ha de mantener la renovación de las promesas bautismales.



Finalmente advierte que lugares como seminarios, residencias sacerdotales, monasterios y comunidades religiosas deben acoger las indicaciones del documento que tiene un carácter oficial.



Mons. Roche: un decreto para detener el contagio pero no la oración

El Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, monseñor Arthur Roche, explicó a VaticanNews el nuevo decreto con las disposiciones para las celebraciones de la Pascua en tiempos de pandemia.



"En este momento de prueba debemos tratar de detener el contagio, sin detener nuestra oración, al contrario, multiplicándola. “Es evidente para todos que vivimos en tiempos de emergencia, con situaciones que cambian rápidamente. Las crisis de esta magnitud a veces requieren nuevos desarrollos y actualizaciones. El primer texto data de varios días atrás. Las actualizaciones, incluso las significativas, se han vuelto indispensables y, sobre todo, nos hemos confrontado con los episcopados de los países más afectados por la pandemia. Hemos tratado de tener en cuenta las observaciones que nos han llegado.



Sobre la Pascua precisó monseñor Roche: “La fecha de la Pascua no puede ser pospuesta. La celebraremos después de la preparación de este tiempo especial de Cuaresma, tan marcado por el dolor, el miedo, la incertidumbre. Hace unas semanas recibimos las cenizas en nuestras cabezas, y se nos recordó que somos polvo y en polvo nos convertiremos. Pero somos polvo amado por Dios, redimido por Dios. Jesús sufrió en la cruz pero superó la muerte y creemos en la resurrección de los cuerpos, en la vida eterna. La Pascua es la fiesta de esta victoria sobre la muerte".



"En los países afectados por la enfermedad, donde existen restricciones establecidas por las autoridades civiles para evitar las reuniones y movimientos masivos de personas, los obispos y sacerdotes celebrarán los ritos de la Semana Santa sin el pueblo y en un lugar adecuado, evitando la concelebración y omitiendo el intercambio de la paz”.



Es muy doloroso las celebraciones sin fieles, pero agregó: “Hemos visto, sin embargo, en esta época de aislamiento, cómo se ha multiplicado la creatividad de los sacerdotes, que encuentran maneras de estar cerca del pueblo con todos los medios disponibles hoy. Mucha gente sigue la misa del Santo Padre diariamente desde Santa Marta, y siguen otras celebraciones a través de los medios sociales. Muchos fieles rezan el rosario conectándose a través de la radio, la televisión o la web. Vivimos un momento excepcional”.



“No olvidemos -concluyó- que Jesús habla de la oración personal invitándonos a rezarla en nuestras habitaciones y por lo tanto en nuestras casas. Sabemos que por su naturaleza la fe cristiana es relación y comunidad: la oración común y la participación común en la mesa eucarística es fundamental. Pero en este momento de prueba debemos tratar de detener el contagio, sin detener nuestra oración, al contrario, multiplicándola. Es importante que los fieles sean advertidos del momento en que comienzan las celebraciones, para que puedan unirse a la oración en sus hogares y seguirlas en vivo, participando en ellas de esta manera. +