Pizzaballa: 'Esta guerra nos cambiará a todos'
- 24 de abril, 2024
- Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
El patriarca latino de Jerusalén expresó que "no hay otra alternativa para los dos Estados que la continuación de la guerra, no hay acuerdos desde arriba sino un camino desde abajo".
El cardenal patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, a doscientos días del inicio de la guerra entre Israel y Hamás, indicó que “lo sucedido demostró claramente la inevitabilidad de la solución de los ‘dos Estados’. No hay otra alternativa para los dos Estados que la continuación de la guerra".
En conversación con los medios vaticanos Pizzaballa dijo que "esta es la prueba más difícil que hemos tenido que afrontar", refiriéndose a los 34 años que lleva en Tierra Santa. “La incertidumbre ahora es cuánto durará esta guerra, y más aún qué pasará después, porque una cosa es segura: nada volverá a ser igual que antes. Y no me refiero sólo a la política; pienso en cada uno de nosotros. Esta guerra nos cambiará a todos”, afirmó.
Y agregó: “Tomará mucho tiempo metabolizarlo. Pero también es cierto que aquí los tiempos largos son la norma, la paciencia para bien o para mal nunca falta. De lo contrario, no habría explicación para una guerra que, en diversas formas, ha durado 76 años".
Un camino de abajo hacia arriba para una solución de los Dos Estados
Según el patriarca latino, es posible escapar a este drama: “En esta tierra -explicó-, en el pasado alguien más valiente intentó el camino político de la paz. Pero siempre hubo intentos que procedieron de arriba hacia abajo: acuerdos, negociaciones, compromisos. Todos fracasaron estrepitosamente. Piense en Oslo, por ejemplo. Así que ahora es el momento de invertir la dirección, y comenzar un camino que vaya de abajo hacia arriba”.
El patriarca reconoce que “será agotador, pero no veo otro camino". En definitiva, “necesitamos poner un punto en la historia y empezar de nuevo, y sobre bases nuevas y diferentes al pasado. Mientras tanto -añadió- creo que todo lo ocurrido en estos seis meses demostró claramente la inevitabilidad de la solución de los "dos Estados". No hay otra alternativa para los dos Estados que la continuación de la guerra. Pero los dos Estados deben cambiar desde dentro, deben repensarse a sí mismos. Las dos sociedades, que han cambiado radical y rápidamente en los últimos años, deben tener el coraje de repensar su sociedad”.
“No será fácil -añadió-, porque ambas sociedades presentan un alto grado de heterogeneidad dentro de sí, son multifacéticas. Ambas sociedades necesitan dotarse de un nuevo horizonte de valores, porque no puede ser que el único pegamento social para ambas sea defenderse del enemigo. Si no lo hacen, comprometerán seriamente su futuro”.
No es un partido de fútbol
El patriarca latino de Jerusalén lamentó que, “fuera de esta tierra, existe principalmente una interpretación polarizadora del conflicto” y señaló que esto, “además de ser perjudicial”, “es extremadamente tonto”, y aseguró que las razones del conflicto “son muy complejas y se extienden a lo largo de décadas”.
De ahí que “tratar el conflicto palestino-israelí con el espíritu de un partido de fútbol es un error. Incluso en Occidente, existe la necesidad de hablar entre nosotros, discutir y documentarnos. Además, evidentemente, de rezar insistentemente por la paz”, aseguró.
La comunidad cristiana de Gaza
En la entrevista, el cardenal Pizzaballa se centra también en la pequeña comunidad cristiana, unas 500 personas desplazadas, refugiadas en la parroquia latina de la Franja: “Han llegado dos contenedores llenos de comida y, por fin, pueden comer algo más sustancioso. La situación sigue siendo difícil para el equilibrio psicológico, que evidentemente se tambalea, tras seis meses de cautiverio en el recinto de la Iglesia”.
“Todos -contó a los medios vaticanos- deben involucrarse en algún trabajo por el bien de toda la comunidad, y esto es importante, porque de esa manera se distraen de pensar en su estado actual, los peligros que enfrentan y el recuerdo de aquellos que no lograron sobrevivir. Que no son sólo los que murieron asesinados por bombas y armas de fuego, sino también los que no sobrevivieron a la falta de medicinas y tratamientos”.
“Es conmovedor el coraje y la dedicación, en particular, de las tres monjas de la Madre Teresa que nunca dejaron de cuidar a los niños discapacitados. Espero, concluyó, que pronto podamos llegar a esos hermanos nuestros y brindarles personalmente la ayuda que necesitan”.+