Jueves 21 de noviembre de 2024

Orientaciones de los obispos porteños ante restricciones al culto público

  • 16 de abril, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Piden a párrocos mantener abiertos los templos para la atención espiritual y sacramental e invitan a buscar respuestas creativas ante la imposibilidad de celebraciones religiosas en espacios cerrados.
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Los obispos de la arquidiócesis de Buenos Aires piden extremar las precauciones para cuidarse y cuidar a los demás, a fin de responder a los desafíos que presenta esta nueva etapa de la crisis por el aumento de contagios de coronavirus.

“Creemos necesario cuidar nuestro espíritu de comunión fraterna, de modo que nos sintamos recíprocamente acompañados y sostenidos ante los complejos desafíos que se nos presentan. Caminar juntos es urgente”, subrayan en un mensaje a los pastores porteños y sus comunidades. 

En orden a extremar los cuidados en las comunidades, comparten algunas orientaciones.

  • Si es posible, manteniendo el templo abierto, recibiremos a nuestros fieles individualmente para su atención espiritual y sacramental.
  • Sabemos que celebrar juntos es una necesidad vital para nosotros, aunque momentáneamente las celebraciones religiosas no puedan realizarse en los templos, por ser lugares cerrados. Los invitamos a buscar respuestas pastorales creativas, de acuerdo a las posibilidades de cada comunidad.
  • Reconociendo que la presencialidad es indispensable para tejer nuestros vínculos fraternos, será tarea de los pastores, con sus Consejos de laicos, discernir caminos posibles, acorde a las normativas sanitarias vigentes, para animar la pastoral ordinaria, la catequesis, los grupos de apostolado, etc. 

Texto del comunicado
Es de público conocimiento que se nos presentan tiempos difíciles, debido al aumento de los contagios, lo cual nos lleva a extremar las precauciones para cuidarnos y cuidar a los demás.

En esta hora tan compleja, de alternativas y divergencias, necesitamos caminar juntos, guiados por el Espíritu, quien nos indica el camino. Asumimos con fortaleza los cambios y sacrificios que esto trae. En medio de ellos, es urgente responder a los desafíos del momento, y salir adelante con esperanza a través del encuentro con el Señor y la creatividad de la caridad. 

Nos acercamos a ustedes como pastores y padres, para ofrecerles una palabra de gratitud, aliento y consuelo. Admiramos el esfuerzo sostenido de todos los que padecen las consecuencias de esta pandemia y de los que cotidianamente se han puesto al servicio de sus hermanos. Creemos necesario cuidar nuestro espíritu de comunión fraterna, de modo que nos sintamos recíprocamente acompañados y sostenidos ante los complejos desafíos que se nos presentan. Caminar juntos es urgente. 

A causa del alto crecimiento de los contagios, debemos extremar los cuidados en nuestras comunidades. Por tal motivo compartimos las siguientes orientaciones:

• Si es posible, manteniendo el templo abierto, recibiremos a nuestros fieles individualmente para su atención espiritual y sacramental.

• Sabemos que celebrar juntos es una necesidad vital para nosotros, aunque momentáneamente las celebraciones religiosas no puedan realizarse en los templos, por ser lugares cerrados. Los invitamos a buscar respuestas pastorales creativas, de acuerdo a las posibilidades de cada comunidad.

• Reconociendo que la presencialidad es indispensable para tejer nuestros vínculos fraternos, será tarea de los pastores, con sus Consejos de laicos, discernir caminos posibles, acorde a las normativas sanitarias vigentes, para animar la pastoral ordinaria, la catequesis, los grupos de apostolado, etc. 

Los obispos damos gracias a Dios por contar con el generoso ministerio de ustedes en esta nueva prueba, y les deseamos que, perseverando en la diaconía a los pobres y enfermos junto a sus comunidades, el servicio se convierta en fuente de unidad, alegría y consuelo para todos. 

Rezamos con ustedes a nuestro padre San José en este, su año jubilar, y comprometemos nuestra oración y cercanía fraterna. ¡Dios los bendiga!

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. 

A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. 

Amén 

Los obispos de la arquidiócesis de Buenos Aires.+