Jueves 18 de abril de 2024

Nuevo Patriarca de Jerusalén: fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia

  • 27 de octubre, 2020
  • Jerusalén (Tierra Santa)
Mons. Pizzaballa describe la realidad "pluriforme" de Tierra Santa en un período de crisis e incertidumbre por la pandemia.
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“Me ha impresionado mucho la cercanía de todas las autoridades religiosas y políticas, musulmanas y judías, palestinas e israelíes, tras mi nombramiento”, contó el flamante patriarca de Jerusalén de los latinos, monseñor Pierbattista Pizzaballa, hasta ahora administrador apostólico vacante sede de la misma circunscripción, nombrado patriarca por el papa Francisco el 24 de octubre, siguiendo y continuando un trabajo iniciado en 2016.

Entrevistado por la agencia AsiaNews, monseñor Pizzaballa señaló que Tierra Santa, como en todo el mundo, la pandemia del coronavirus provocó incertidumbres políticas y económicas que estamos tratando de sobrellevar y para lo que es necesario “fortalecer el sentido de comunidad, el valor de pertenencia a diferentes áreas de la diócesis, cada una con sus peculiaridades”.

Su Beatitud subrayó “la importantísima labor” desarrollada en el patriarcado en los últimos años, que “no es sólo de carácter administrativo” a pesar de tener que afrontar una serie de cuestiones pendientes a nivel de gestión y presupuesto.

“Yo era una figura temporal -dice- ahora la presencia se ha estabilizado, manteniendo las mismas responsabilidades” en una perspectiva de continuidad porque el camino de la reconstrucción “no está terminado”.

El arzobispo Pizzaballa, franciscano italiano, es el décimo patriarca de una realidad liderada desde los años 80 por personalidades de la Iglesia árabe: el palestino Michel Sabbah y el jordano Fouad Twal.

Su jurisdicción incluye a los católicos de rito latino que residen en Israel, Palestina, Jordania y Chipre. Su sede está en Jerusalén y consta de un territorio dividido en 71 parroquias, agrupadas en seis vicariatos.

En estos días el prelado se encuentra en Bérgamo, en los territorios de su infancia -nació en Cologno al Serio el 21 de abril de 1965- salió muy joven para seguir sus estudios en Bolonia, donde fue ordenado diácono el 27 de enero de 1990 y sacerdote el 15 de septiembre, en la catedral de la capital de Bolonia. Trabaja en Tierra Santa desde 1999; en mayo de 2004 la elección como Custodio, confirmada el 22 de marzo de 2010 para un segundo mandato. En 2013 fue postulado por tres años más y su cargo finalizó en abril de 2016. El 24 de junio fue nombrado administrador apostólico al alcanzar la edad límite del entonces patriarca Twal.

Entre los temas abordados en los últimos años, la restauración del edículo del Santo Sepulcro y la extinción de la deuda vinculada a la construcción de la Universidad Americana de Madaba, eliminando así el 60% del déficit que pesaba sobre los presupuestos del patriarcado.

Anteriormente, cuando todavía era Custodio, el Papa lo había involucrado en la organización de la reunión de paz en los jardines del Vaticano entre el presidente israelí Shimon Peres y su homólogo Abu Mazen.

Para el nuevo patriarca es fundamental fortalecer el espíritu misionero y la evangelización “a través de las peregrinaciones a los lugares santos, hoy en dificultad” debido a la pandemia del Covid-19 y “mediante el testimonio de una vida de fe entre judíos y musulmanes”.

“Nos encontramos en una situación de grave crisis económica -dice- por eso, ante todo, debemos fortalecer la solidaridad interna y el sentido de comunidad, así como mantener las relaciones entre la nuestra y las Iglesias del mundo”.

No solo en el plano religioso, sino también en el político “este es un período de espera, no hay lugar para grandes gestos o acuerdos”, sino que es “un momento propicio para sembrar y trabajar dentro de las instituciones para reconstruir la confianza “en una perspectiva de “largo plazo”.

Por último el Patriarca Latino de Jerusalén confesó que entre las muchas felicitaciones que recibió “me conmovió la decisión de algunos consagrados de rezar cada noche por mi futuro servicio, como gesto de solidaridad por parte de personas sencillas que comparten mi misión”.+