Nicaragua: el gobierno prohíbe a los sacerdotes visitar enfermos en los hospitales
- 12 de noviembre, 2024
- Managua (Nicaragua) (AICA)
Al respecto, los damnificados solo pueden presentar denuncias anónimas porque, si lo hacen públicamente, "los pueden encarcelar, desterrar o asesinar", asegura una activista en el exilio.
Un nuevo capítulo en la persecución que está sufriendo la Iglesia Católica en Nicaragua se suma ahora, con la prohibición para los sacerdotes católicos de ingresar en los hospitales públicos para administrar el sacramento de la Unción de los enfermos.
La abogada Martha Patricia Molina, exiliada en Texas, desde donde hace años documenta las agresiones a la Iglesia católica en Nicaragua, dio cuenta de esta nueva medida represiva, citando fuentes anónimas de sacerdotes y laicos afectados. "Se vulneran los derechos a la libertad religiosa, un derecho humano intrínseco e inherente a la persona", señaló.
Se trata de un nuevo atropello, del que no hay rastro en ningún documento oficial. En efecto, la dictadura de Ortega-Murillo "no ha emitido ningún comunicado que los incrimine". Esta prohibición ha sumido en la tristeza y la indignación a los familiares y a los mismos enfermos, "que se van de este mundo sin recibir ese último sacramento". Sin embargo, poco pueden hacer, más allá de presentar una denuncia anónima porque, si se atreven "a denunciar públicamente, la dictadura los puede encarcelar, desterrar o asesinar".
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) tampoco puede tomar partido: "No opinan, por miedo y prudencia a ser encarcelados, desterrados o asesinados". Y los presbíteros tampoco saben qué hacer, porque en los hospitales públicos sus rostros ya son reconocidos y no pueden plantearse ni siquiera entrar de incógnito.
"Antes, se les permitía entrar para visitar a un solo enfermo; pero, una vez en el sitio, toda la sala pedía el sacramento para las personas que ya estaban cercanas a la muerte", destaca Molina.
Según revela la activista, es la primera vez que se entera de una prohibición "tan descabellada y diabólica". En esee sentido, enmarca esta prohibición en un nuevo ataque a los cristianos, "para ocasionarles el mayor daño posible". "No he leído algo similar que haya sucedido en la década de los años '80 cuando la misma dictadura sandinista persiguió a los cristianos nicaragüenses", manifiestó.
El régimen de Daniel Ortega ha desplegado todo su arsenal para acallar a toda costa la voz de los obispos y sacerdotes que, desde 2008 -tras la violencia desatada en el país por las acusaciones de fraude electoral en las municipales que le dieron una amplia victoria al Frente Sandinista-, se convirtieron en el principal escollo a sus atropellos contra los derechos humanos.+