Sábado 27 de abril de 2024

Mons. Zordán detalla los desafíos emanados del Año Vocacional Diocesano

  • 9 de enero, 2024
  • Gualeguay (Entre Ríos) (AICA)
El obispo de Gualeguaychú aseguró que este período ofreció "algunas certezas", de las que surgen un decálogo de sugerencias e indicaciones para seguir adelante.
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El obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Zordán M.Ss.Cc., destacó los desafíos del Año Vocacional Diocesano, que llega a su fin con el lema “¡Llama, Señor! Tus hijos escuchan” y pidió no dejar de dar gracias a Dios por “tanto que hemos recibido en vocaciones que se han concretado o que están en camino de discernimiento y formación”.

El prelado recordó que el objetivo de ese tiempo jubilar fue “recuperar la cultura vocacional”, lo cual implica: 

  • Orar y trabajar por la fidelidad a la propia vocación 
  • Crear en nuestras familias, en las escuelas católicas, en las comunidades parroquiales, ambientes donde fuese posible escuchar la llamada del Señor 
  • Anunciar la vocación y lo vocacional como buena noticia, un evangelio.
  • Promover y provocar las vocaciones de especial consagración. 

Monseñor Zordán consideró que “este Año Vocacional debe dejar una huella importante en nuestra vida diocesana; para ello será bueno chequear si se está cumpliendo el objetivo propuesto y, si fuera necesario, ajustar las acciones para conseguirlo”.

Asimismo, señaló que los meses transcurridos de este Año Vocacional fueron ofreciendo algunas certezas, de las cuales surgen estas sugerencias e indicaciones para seguir adelante: 

  1. Las vocaciones son un don de la caridad de Dios.
  2. Es imprescindible fortalecer la pastoral juvenil en todas las comunidades de la diócesis
  3. Sintámonos motivados a testimoniar gozosamente la radicalidad evangélica por la que hemos optado, y nuestro compromiso por el anuncio del Evangelio de Jesucristo. 
  4. Los sacerdotes y diáconos, pero también los consagrados y consagradas, los laicos agentes de pastoral y los padres de familia, no podemos desaprovechar las oportunidades que se presenten –más aún, debemos buscarlas y provocarlas– para hacer explícita la propuesta de una especial consagración en el ministerio sacerdotal, en la vida consagrada y en el servicio misionero
  5. Es necesario presentar a las familias –particularmente a las familias jóvenes–, el “evangelio de la vocación”
  6. En el año que comienza, debemos redoblar el esfuerzo por conocer, profundizar y hacer conocer, de modo personal y comunitario, la exhortación apostólica Christus vivit, para que sus criterios orienten y animen nuestro trabajo con los jóvenes y el cuidado de las vocaciones, y atraviesen toda nuestra actividad pastoral. 
  7. Las comunidades que por alguna circunstancia no hayan aprovechado la novena vocacional para las fiestas patronales que ofreció el equipo de Pastoral Juvenil y Vocacional, pueden hacerlo en el curso del año que comienza. 
  8. Crearemos un organismo diocesano específico con la misión de promover las vocaciones de especial consagración –particularmente al ministerio sacerdotal y al diaconado permanente– y de acompañar la maduración vocacional de quienes lo soliciten. 
  9. Estableceremos una semana vocacional anual para mantener viva la memoria de este acontecimiento, y continuar trabajando y profundizando a lo largo del tiempo las metas que nos hemos propuesto para este Año. 
  10. La comunidad del Seminario diocesano visitará, durante el año que comienza, las parroquias y otros espacios pastorales que lo soliciten para ofrecer el testimonio vocacional y animar la preocupación de las comunidades por las vocaciones.

“Seguimos encomendándonos a la intercesión de la Virgen María, “madre y modelo de todas las vocaciones”, teniendo la certeza de estar viviendo un tiempo de gracia –don inestimable de Dios para nosotros–, y abrigando la esperanza de cosechar abundantes frutos. Invocando una abundante bendición de Dios para todos, reciban mi más cordial y fraterno saludo en el Señor”, concluyó.+

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