Sábado 7 de diciembre de 2024

Mons. Zordán anima a salir al encuentro de quienes todavía no conocen a Jesús

  • 25 de octubre, 2023
  • Gualeguaychú (Entre Ríos) (AICA)
En el marco del mes misionero, el obispo de Gualeguaychú reflexiona en su video semanal sobre la importancia de la misión, para que nadie en el mundo quede sin conocer a Cristo y su evangelio.
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“Para nosotros, los católicos, octubre tiene siempre una resonancia particular: es el mes misionero”, señala en su video semanal el obispo de Gualeguaychú, monseñor Héctor Zordán, y recuerda que este año también se desarrolló el congreso misionero nacional, el sexto en nuestra patria, dedicado a reflexionar y debatir sobre “este tema que nos inquieta y nos preocupa a todos, que es el tema de la misión”.

En ese sentido, el prelado indica que “el objetivo de este octubre misionero es cultivar en cada uno de nosotros el sentido por la actividad misionera de la Iglesia, para que el nombre de Jesús, su Palabra, su mensaje, llegue a todos los hombres de la tierra, para que no haya ningún lugar en el mundo donde no sea anunciado y escuchado el evangelio”.

“Podríamos decir que es un tiempo dedicado a cultivar en cada uno de nosotros un corazón misionero”, resume el obispo, explicando que “ser misioneros exige un trascender, un ir más allá de nosotros mismos. Siempre la misión exige un desinstalarse, para salir al encuentro de los que todavía no conocen a Jesús, para anunciarles esa buena noticia”.

Ante la pregunta sobre dónde podemos ser misioneros y anunciar a Jesús, monseñor Zordán destaca: “En primer lugar, allí donde estamos, en nuestra familia, en nuestro barrio, en los lugares de trabajo, en los ambientes donde nos movemos normalmente”.

A su vez, recuerda que “todos tenemos que ponernos en movimiento, ya que no puede haber ningún cristiano que se sienta ajeno a la misión de la Iglesia”.

Por eso, anima a “rezar al Espíritu Santo para que anime y aliente la tarea misionera de la Iglesia y a formarnos, para ser anunciadores de esa buena noticia”. También indica que se puede colaborar económicamente, para que la tarea misionera de la Iglesia pueda ser realizada con eficacia.

“Qué lindo si este mes de octubre lo dedicamos a cultivar nuestro corazón misionero, nuestra sensibilidad por la misión, nuestra preocupación porque nadie en el mundo quede sin conocer el nombre de Jesús, sin escuchar anunciar el Evangelio”, concluye.+