Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons. Vázquez: "Haciendo Sínodo, para un renovado Pentecostés"

  • 7 de junio, 2022
  • Morón (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Morón presidió la misa en la catedral local, donde pidió al Espíritu Santo que la Asamblea Sinodal Diocesana sea un espacio de comunión, participación y fraternidad verdaderas.
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El obispo de Morón, monseñor Jorge Vázquez, presidió el sábado 4 de junio la misa de la Asamblea Sinodal Diocesana en la catedral Inmaculada Concepción del Buen Viaje, donde se hizo entrega del Documento Sinodal a los representantes sinodales de la diócesis.

En la homilía, el prelado moronense expresó: “Aquí estamos, caminando juntos, haciendo Sínodo, que significa para nosotros un renovado Pentecostés. Nuestro recorrido sinodal comenzó con la escucha tratando de sintonizar con lo que el Espíritu le dice, le inspira, le susurra hoy a nuestra Iglesia de Morón. Fruto de esa escucha es este documento que nos guiará en los trabajos del Sínodo. Aquí te lo presentamos Virgencita del Buen Viaje, Señora de los caminos”.

Monseñor Vázquez puso los trabajos bajo el amparo de Dios y la Virgen María y presentó a los sinodales como “humildes servidores dispuestos a trabajar, dispuestos a traer las voces que nunca son escuchadas, dispuestos a recoger preocupaciones, a profundizar la escucha, dispuestos a ser mediadores, a representar a nuestras comunidades y a las distintas realidades”.

“Somos conscientes, Señor, que estamos representando algo que nos trasciende. Sabemos que aquí, hoy, está toda tu Iglesia, la de todos, la de los que están cerca y la de los que están lejos. La de los bautizados”, agregó.

“Aquí estamos, reconocemos que tenemos una gran necesidad de conversión personal y pastoral y de una sincera apertura al Don del Espíritu Santo que siempre nos sorprende. Venimos a aprender, a escuchar, a dialogar, a participar”, sostuvo, y pidió al Espíritu Santo, "gran protagonista del Sínodo":

Ven Espíritu Santo, el misterio de tu presencia nos une y nos enseña a construir el nosotros, a ser familia-comunidad a imagen del Dios Trinidad ayúdanos a superar el individualismo y la indiferencia, haciendo a un lado toda autorreferencialidad personal o grupal.

Ven Espíritu Santo y haz de esta Asamblea una verdadera comunión, una verdadera fraternidad, un auténtico espacio de participación.  Reúne todas las voces, afina las disonancias y crea la armonía que nos une en las diferencias, para ejecutar la sinfonía de la fraternidad.

Ven Espíritu Santo, enséñanos a caminar juntos como pueblo peregrino. Sínodo es la marcha de los que atraviesan los caminos acompañándose, ayudándose y ajustando los ritmos del caminar para que nadie se pierda, para que nadie se quede atrás, para que nadie se adelante demasiado porque entonces ya no estaríamos caminando juntos.

Ven Espíritu Santo, ilumínanos para descubrir tu presencia en medio nuestro, en el corazón de cada hermano y de cada hermana, en el corazón de la Iglesia y en el corazón del mundo. El Sínodo es ante todo la presencia del Espíritu hoy, aquí en nuestra asamblea. Por lo tanto el gran protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo.

Ven Espíritu Santo, ven Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz para discernir tus mociones. Tu presencia se manifiesta no tanto en las ideas, sino en los sentimientos: en la alegría, en la paz, en la experiencia de la consolación, nunca en la amargura, en el resentimiento, en la inquietud, o en la oscuridad de la desolación.

Ven Espíritu Santo, Tú nos guías y conduces suavemente. Estás en la brisa suave no en el huracán. Tus inspiraciones aquietan y pacifican el corazón. Tú aumentas nuestra fe, animas nuestra esperanza y ensanchas nuestros corazones con el amor. Tú nos regalas una nueva capacidad de amar.

Por último, monseñor Vázquez invocó a la Virgen del Buen Viaje, “Señora del Camino y del caminar juntos” y aseguró: “Nos sentimos animados por tu presencia que nos acompaña. Sabemos que estás rezando con nosotros, suplica para nosotros en este Pentecostés una nueva efusión del Espíritu”.

“Pero, hoy queremos pedirte una gracia muy especial: a Ti que tienes la experiencia del Espíritu, enséñanos a reconocer y discernir su presencia, a ser dóciles a sus inspiraciones, y abrir nuestro corazón y nuestra mente a la sorpresa del don”, concluyó.+