Jueves 25 de abril de 2024

Mons. Stanovnik a la juventud: "La fe es confianza, encuentro y misión"

  • 22 de noviembre, 2022
  • Corrientes (AICA)
Bajo el lema "María se levantó y partió sin demora", la arquidiócesis de Corrientes celebró la edición diocesana de la 37° jornada mundial de la juventud. Monseñor Larregain acompañó la celebración.
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Bajo el lema “María se levantó y partió sin demora”, la pastoral juvenil de la arquidiócesis de Corrientes celebró este domingo 20 de noviembre, la 37° edición diocesana de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en la parroquia San Cayetano.

Jóvenes, religiosos y familias llegaron al santuario para participar de la jornada que se centró en “Cristo como el centro de nuestras vidas, el encuentro con Dios y con el prójimo", explicaron desde la pastoral, tomando como reflexión el "Sí, a Dios y la prisa que tuvo María para servir". "Evangelización, protagonismo de los jóvenes, el silencio y la experiencia de la alegría”, fueron algunos de los temas centrales.

Monseñor José Adolfo Larregain OFM, obispo auxiliar de Corrientes, acompañó la celebración de esta fiesta diocesana junto al párroco Ariel Caballero. Ambos instaron a los jóvenes a seguir animándose en este camino del encuentro.

También estuvieron presentes los presbíteros Oscar Luna, asesor de la pastoral de la juventud y Miguel Gómez, vicario episcopal para la pastoral de la salud, quienes acompañaron en el espacio del perdón.

La lluvia no opacó la felicidad de los jóvenes de encontrarse en la solemnidad de Cristo Rey, que desde temprano compartieron sus sueños y anhelos. En el espacio denominado “ciudad de la alegría” las risas y la alegría de los jóvenes y sus familias se hicieron sentir en cada una de las propuestas, tanto en los espacios cubiertos como en los juegos al aire libre.

Durante el transcurso de la jornada se presentaron dramatizaciones teatrales, una de ellas las apariciones de Nuestra Señora de Fátima a los pastorcitos. Hubo barriletes que expresaron la esperanza guardada en el corazón de los jóvenes, una bandera de la pastoral de la juventud, árboles que fueron consagrados como signo del compromiso de esta jornada dejando un legado positivo que permanezca en el tiempo. 

Participaron jóvenes de diferentes movimientos, asociaciones y comunidades religiosas, entre ellas la Acción Católica, la pastoral de adicciones “Unidos en Cristo”, la pastoral de la salud con los jóvenes de la comunidad de Pastorcitos de Fátima “Franja”, la comunidad de Shalom, entre otras.

Una imagen de la Virgen de Fátima presidió la celebración eucarística como signo de la JMJ, junto a la cruz peregrina de los jóvenes y una bandera de Lisboa.

Las Jornadas Mundiales de la Juventud constituyen una iniciativa promovida en sus inicios por el papa Juan Pablo II, que dedicó siempre una atención especial a los jóvenes. Tiene lugar todos los años a nivel diocesano, en la solemnidad de Cristo Rey, y cada dos o tres años como un encuentro internacional, en una ciudad escogida por el pontífice.

Al concluir el año litúrgico, monseñor Andrés Stanovnik OFM cap., arzobispo de Corrientes, compartió un mensaje a los jóvenes recordando “que nuestra peregrinación terrestre culmina en el feliz encuentro con Jesús”.

“Como le sucedió a la Virgen, que en la Anunciación empezó un camino, dejándose llevar por el Espíritu Santo para darnos a Jesús y enseñarnos que el gozoso encuentro con Él se hace verdadero y creíble cuando nos ponemos al servicio de los demás, como lo hizo Ella con su prima Isabel. ¡Qué hermoso regalo que nos da la fe! Jamás nos deja solos en la vida, porque la fe es confianza, encuentro y misión”, agregó.

El prelado también instó a los jóvenes a tener “un encuentro cada vez más profundo con Jesús, y que ese encuentro, de la mano de nuestra Tierna Madre de Itatí, los haga valientes y audaces misioneros de la Buena Noticia del Evangelio”, concluyó.+