Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Rino Fisichella inaugura el Congreso Mundial de Pastoral de Turismo

  • 5 de octubre, 2022
  • Santiago de Compostela (España) (AICA)
El prefecto del Dicasterio para la Nueva Evangelización, inaugura este miércoles 5 de octubre la VIII edición del Congreso que reunirá a expertos de 25 países en Santiago de Compostela.
Doná a AICA.org

El Congreso Mundial de Pastoral de Turismo, organizado por la Santa Sede y la Conferencia Episcopal Española (CEE) además del arzobispado de Santiago de Compostela, anfitrión de las jornadas, dará inició en la tarde de este miércoles 5 de octubre y se prolongará hasta el sábado 8. 

Durante estos días confluirán los tres grandes centros de cristiandad: Santiago, Roma y Jerusalén bajo el lema “Turismo y Peregrinación. Caminos de Esperanza”. De esta forma, la capital gallega reunirá a expertos procedentes de distintas partes del mundo que analizarán el fenómeno del turismo desde el punto de vista pastoral.

“Es un gran mosaico bastante interesante de realidades variadas y proveniencia realmente muy ricas”, destacó el director del Departamento de Turismo de la CEE, Gustavo Riveiro.

Entre otros temas el Congreso tratará las cuestiones de la “turismofobia”, cómo evangelizar a través del Turismo y la Cultura y cómo luchar contra el turismo de trata, según informó Riveiro.

Tras el acto inicial, el prefecto del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Rino Fisichella, impartirá una ponencia titulada “Desarrollar y fortalecer el arte del primer anuncio en el mundo fugaz del turismo y la peregrinación: formas y contenidos”. Además del prefecto el congreso contará con la presencia del nuncio apostólico en España, monseñor Bernardito Auza.

A los dos arzobispos se suman otros ponentes, como el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri; Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén; el secretario general de la Organización Mundial del Turismo; el arzobispo primado de Panamá, José Domingo Ulloa; Ciriaco Benavente, obispo responsable de la Pastoral de Turismo en la CEE; y el obispo de Mar de Plata, Gabriel Mestre.

El congreso cuenta con más de 170 inscritos, procedentes de todos los contenientes como República Dominicana, India o Francia, entre otros.

La necesidad de repensar el turismo tras el Covid y la guerra de Ucrania o hacer que sea más sostenible y respetuoso con la comunidad local, el patrimonio y la cultura, serán algunos de los temas a debate. 

“El turismo en general no puede permitirse no ser sostenible –destacó Riveiro- porque cada año mueve a una quinta parte de la humanidad, el equivalente numérico a toda la Iglesia católica, un movimiento que puede hacer mucho por la realidad de la sostenibilidad del planeta” y observó que el turismo fue uno de los sectores más golpeados durante la pandemia. “Fue como un gran retiro espiritual de toda la humanidad, no distinguiendo clases, condiciones, situaciones de ningún tipo. Pero el turismo lógicamente necesita un clima especial donde desarrollarse, donde la gente disfrute con seguridad, tranquilidad y alegría”.

Por otro lado, el Congreso aborda la elaboración de la teología del descanso, o el anti turismo a través de la trata de personas, la prostitución y las nuevas formas de esclavitud ligadas a esta situación. “El tema es qué hacemos con ese tiempo libre y cómo aprendemos a utilizarlo bien y vivirlo”.

Antes la Pastoral de Turismo dependía del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, sin embargo, el Papa Francisco decidió realizar un cambio y trasladó dicha Pastoral al Dicasterio para la Evangelización; lo que para el director del Departamento para la Pastoral de Turismo de la CEE, Gustavo Riveiro, supone “un cambio de eje, identidad y estructura”.

El propio Riveiro consideró que este cambio supone para el turismo una nueva “dimensión pues lo saca de la Pastoral Social, con una lectura del sector turístico orientada hacia la economía, para abrir otras dimensiones muy interesantes más allá de lo económico, algo absolutamente inédito que no se había hecho nunca desde que la Iglesia comenzó a ocuparse pastoralmente del turismo en los años 50 del siglo XX”.+