Mons. Martorell cuestionó: "¿Quién está primero en nuestro corazón?"
- 8 de septiembre, 2016
- Puerto Iguazú (Misiones) (AICA)
En su comentario semanal, el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, preguntó: "¿Quién está primero en nuestro corazón?", y aseguró que en el Evangelio Jesús nos pregunta "acerca de quién dirige nuestros corazones y la influencia que recibimos de las personas que nos rodean". Asimismo, el prelado afirmó que se necesita "de la oración y de la meditación del Evangelio antes de juzgar y actuar".
El prelado señaló que "los pensamientos del hombre y sus razonamientos son falibles, siempre sujetos al error, porque los sentidos le engañan con frecuencia haciéndole preferir los valores caducos a los eternos, los bienes inmediatos a los futuros", y que "sustraerse a tantas tentaciones y desviaciones que nos presenta el mundo es imposible sin la ayuda de Dios"
"Sólo Él puede dar al hombre la sabiduría que lo ilumine acerca del camino del bien y le enseñe lo que le es agradable", aseguró.
Asimismo, con respecto al pasaje del Evangelio en el que Jesús pide dejar "a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos y a sus hermanos y hermanas e incluso a sí mismo", para ser discípulo suyo; el prelado explicó que con esta frase, Jesús "está preguntando acerca de quién dirige nuestros corazones y la influencia que recibimos de las personas que nos rodean".
"¿Quién está primero en nuestro corazón, en nuestra vida?", interpeló y expresó que "Dios no manda rechazar u odiar a la familia sino que el amor a Él esté por encima de los amores humanos".
También, aseveró que "el fiel que quiera conocer los designios del Señor ha de estar muy unido a Él en todo momento y no solamente de a ratos o en momentos especiales. El cristiano ?al igual que Cristo- ha de abrazar la cruz del Señor durante todos los días de su vida hasta su muerte, como lo hizo el mismo Maestro".
"Tenemos que tener presente la gracia de Dios y la luz que irradia sobre la mente del hombre que emprende una empresa en la vida. La oración y el seguimiento de Cristo ayudarán al hombre a comprender cuales son los designios del Señor y cómo los puede ir conociendo. Necesitamos de la oración y de la meditación del evangelio antes de juzgar y actuar. La oración y la meditación del evangelio nos iluminan la mente y el corazón", manifestó.
"Que la Santísima Virgen María, ejemplo de meditación y contemplación de la Palabra de Dios y que obró en consecuencia, nos ayude en este camino de la vida para caminar con la sabiduría del Cielo", concluyó.+
Texto completo de la homilía