Martes 23 de abril de 2024

Mons. Malfa sobre el Card. Pironio: "Dios mostrará su santidad a través de las gracias que nos conceda"

  • 3 de diciembre, 2020
  • Buenos Aires (AICA)
El secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, habló sobre el Siervo de Dios, cardenal Eduardo Francisco Pironio, al conmemorarse el 100° aniversario de su nacimiento.
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Al conmemorarse, este jueves 3 de diciembre, el centésimo aniversario del nacimiento del Siervo de Dios, cardenal Eduardo Francisco Pironio, el obispo de Chascomús y secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Carlos Humberto Malfa, brindó su testimonio en un videomensaje.

“Hacemos memoria agradecida por la vida de este hombre profundamente humano y todo de Dios”, dijo al comenzar, reconociendo que “nadie que se acercara a él, creyente o no creyente, se iba sin llevarse algo de Dios, el sentido de transcendencia. Era como una fuerza interior que transmitía, y que tenía que ver con el diálogo bien interno con el Señor que tenía, que lo hacía testigo del amor de Dios que entregaba hacia los demás”, aseguró. 

Monseñor Malfa dio fe de que el cardenal Pironio “amó profundamente a la Iglesia y le entregó totalmente su vida”. En referencia a la “Iglesia de su tiempo, la de Medellín” que lo tuvo como artífice, “fue una Iglesia pobre, misionera y pascual, desligada de todo poder temporal y audazmente comprometida con la liberación de todos los hombres”. 

Juan Pablo I lo llamó “el cardenal de la esperanza”. Pironio “fue un instrumento del espíritu de Dios para abrir caminos de esperanza de la alegría del Evangelio, de la opción por los pobres y de la santidad, camino que la Iglesia quiere hoy recorrer de la mano del papa Francisco”.

Seguidamente, Malfa repasó el mensaje que Pironio dejó a cada sector de la comunidad, porque “todos fuimos destinatarios del testimonio de su vida y de su enseñanza”. A los obispos, “nos señalaba que fuéramos maestros de oración, principio de unidad, testigos de esperanza. A los curas, que fuéramos los amigos de Dios, que irradiáramos siempre la alegría pascual de nuestro sacerdocio”. 

El Siervo de Dios también llamó a las religiosas y religiosos a “que fueran los testigos anticipados del Reino; y a los laicos, los llamó a vivir radicalmente las exigencias de su bautismo con un compromiso con la historia, para poder hacer brillar siempre la dignidad original de la persona, muchas veces oscurecida por las estructuras de pecado”.

Además, el cardenal Pironio tuvo un “amor casi exclusivo y apasionado por los jóvenes, que se manifestó en toda su vida, pero particularmente colaborando con las Jornadas Mundiales de la Juventud que impulsó Juan Pablo II”, recordó monseñor Malfa.

Fue nombrado presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, y allí el Papa le dijo: “Le entrego la parte más numerosa y más sana de la Iglesia”. Y monseñor Malfa exclamó: “¡A vivir con entusiasmo la vocación bautismal todos los laicos! El papa Juan Pablo II insistía mucho en esto. Hagamos memoria agradecida”.

El secretario del episcopado se despidió con una anécdota o “hecho milagroso” de la vida de Pironio: “Cuando su mamá, doña Enriqueta, tuvo a  su primer hijo, cayó gravemente enferma. Al recuperarse los médicos le dijeron que no podría tener más hijos. Cuando ella se fue a confesar, un obispo con fama de santo le encomendó esta intención. Luego de eso doña Enriqueta tuvo 21 hijos más. El numero 22 fue el cardenal Eduardo Francisco Pironio”. 

“Recemos por su causa, en la confianza de que será Dios el que muestre su santidad a través de las gracias que nos conceda con su intercesión”, concluyó.+