Domingo 28 de abril de 2024

Mons. Lozano: 'Buscar a Dios en el lugar equivocado'

  • 27 de enero, 2024
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan dijo que Dios desaprueba exclusiones y discriminaciones, y consideró que "no es justo disfrazar de voluntad de Dios" la acumulación de poder, pisoteando la dignidad de otros.
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Monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, comienza su reflexión preguntándose si en los intentos de cambiar su vida no lo hizo “desde un punto de partida equivocado, confiando más en mis fuerzas que en las de Jesús, que es Dios”.

Y citó una poesía del obispo Pedro Casaldáliga, siempre cercano a los indígenas y campesinos más pobres de Brasil, que dice:

“Para cambiar de vida/ hay que cambiar de Dios.
Hay que cambiar de Dios/ para cambiar la Iglesia.
Para cambiar el Mundo/ hay que cambiar de Dios”.

“Mirando más lo que me desagrada de mí que aquello que le gusta a Jesús de mí. Centrado en mi proyecto más que en el sueño de Dios. Volvió a resonar en mi corazón una expresión del beato Carlo Acutis: ‘Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias’”, contó.

El arzobispo sanjuanino dejó algunas preguntas para hacerse: “¿Por qué el poeta nos propone ‘cambiar de Dios’?, ¿qué imagen nos hacemos de Él? ¿Qué hizo y hace por mí, por el mundo, la historia? ¿Qué hago yo, cómo me involucro? ¿Con quién hablo cuando rezo? ¿En qué Dios creo, y de qué ‘dioses’ me declaro ateo?”.

“Según la respuesta, será mi vínculo con Él, que quiere plantear mi acto de fe como aceptación mutua de un camino de amistad permanente. A partir de aquí, se da el modo de asumirme como parte de un pueblo de fe, de una humanidad con vocación a la fraternidad y la amistad social, viviendo en una casa común, regalo de su don creador, lugar de desarrollo y cuidado. Miembros de la Iglesia y ciudadanos del mundo, constructores de comunión y de paz”, planteó.

“Si mi Dios es Jesús, nacido en Belén de la Virgen María, y llamado el Nazareno, lo encuentro en su Palabra, la comunidad cristiana, los sacramentos, los pobres, los enfermos, los que tienen la vida rota. No le interesa que lo bese en una estampita o una imagen de yeso, si le doy vuelta la cara en el pobre hecho a su imagen y semejanza, y por quien dio la vida en la Cruz”, recordó.

Tras afirmar que Dios no aprueba exclusiones ni discriminaciones, profundizó: “No creo que Dios haya pensado un mundo en el cual familias y pueblos sean expulsados de su tierra y obligados a migrar”. 

“No es justo disfrazar de voluntad de Dios la acumulación de riqueza y poder en pocas manos y la dignidad pisoteada de tantos; ni en el mundo, ni en un barrio o en una familia”, concluyó.+