Mons. Kozelinski: Ucrania necesita ser libre para vivir la vida cristiana
- 7 de abril, 2014
- Buenos Aires (AICA)
Ucrania, en su lucha, busca ser libre para vivir la vida cristiana. Junto con la lucha por una vida digna, la Iglesia y el pueblo ucranio renovaron estos días la consagración de la nación ucrania a la protección de la Madre de Dios. Este acto implica que no estamos solos. La Virgen nos acompaña, rogando a su Hijo por nosotros", dice el obispo ucranio, Mons. Daniel Kozelinski, en su mensaje pascual a los fieles ucranios en la Argentina. En alusión a los últimos hechos ocurridos en Ucrania, Mons. Kozelinski dice: "Tantas cosas ocurrieron en el país de nuestros padres, invasiones, gobiernos autoritarios, tiranos, falta de libertad. Todos pasaron y hoy ni la historia los recuerda, pero la sangre de los héroes permanece para siempre en la memoria del pueblo", porque "lo que vence, no es la fuerza, ni la imposición. En el mundo triunfa la verdad profesada con coraje y decisión".
"Nuestra Iglesia y el pueblo ucranio -agrega el prelado- han renovado en estos días el acto de consagración de toda la nación ucrania bajo la protección de la Madre de Dios. Este acto implica una certeza: no estamos solos. La Virgen nos acompaña, rogando junto a su Hijo por nosotros".
En alusión a los últimos acontecimientos ocurridos en Ucrania, monseñor Kozelinski expresa: "Tantas cosas ocurrieron en la historia de la existencia del país de nuestros padres, invasiones, gobiernos autoritarios, tiranos, falta de libertad? Todos han pasado, y hoy ni siquiera son recordados por la historia, pero la sangre de los héroes permanece para siempre en la memoria del pueblo", porque "lo que vence, no es la fuerza, ni la imposición, ni la violencia. En el mundo triunfa la verdad, profesada con fe, coraje y determinación".
En la Pascua, con la Resurrección hacia una vida nueva
"La Semana Santa, que precede a la fiesta de la Resurrección del Señor, es el período que nos recuerda los siete días de la creación. Durante estos días centramos nuestra mirada en Jesucristo, en cada uno de sus gestos, palabras, su pasión y muerte", reflexiona el obispo ucranio.
"También -añade- observamos las actitudes contradictorias de sus discípulos: Pedro lo negó, los discípulos huyeron temerosos, los sacerdotes del templo de Jerusalén lo juzgaron, Pilato lo condenó, los soldados lo torturaron... Es difícil entender estas actitudes. Al mismo tiempo, se observa la actitud de Juan, que acompañó en silencio al Maestro, de María y de las otras mujeres, que le dieron coraje y fuerza con su presencia amorosa, de José de Arimatea, que le concedió una tumba".
Luego propone meditar estos acontecimientos, en los que "poco a poco podemos vislumbrar y penetrar en un tiempo nuevo, en la vida nueva que emerge de la muerte amarga y vieja. Así se plantea este tiempo nuevo: en Cristo, la nueva creación, la transformación, la resurrección, la vida nueva".
Igual reflexión propone sobre la expresión de Jesús: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar", y del que San Juan dijo que "Él se refería al templo de su cuerpo. Y cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que Él había dicho esto". El templo del hombre, nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestro espíritu, nuestra propia persona, es ?deshumanizado? por el pecado, la violencia y la incomprensión entre las personas. Toda la Creación, la sinfonía del universo, es arruinada, desafinada y corrompida. Este es el templo que Jesucristo está levantando con nosotros, sus discípulos, durante los tres días más largos y decisivos en la historia de nuestras vidas".
"Vivamos -dice más adelante el prelado ucranio- este tiempo especial junto a nuestro pueblo de Ucrania. Aun estando distantes, con el mundo, vivimos, con gran ansiedad, todos los acontecimientos de este país. Fueron numerosos los pedidos de oraciones y sacrificios. Un país que vive uno de los momentos más importantes de su historia. Algunos, como Pedro, los discípulos y Pilato. Otros, como Juan, María y las mujeres. De hecho, para nosotros hay una sola verdad: es necesaria nuestra propia conversión para sentir la realidad de una vida nueva en Cristo resucitado y vivo en medio de su pueblo".
En la parte final de su mensaje pascual monseñor Kozelinski expresa: "Cristo venció. La verdad triunfó a través del tiempo y del espacio. Los discípulos pasaron sus momentos de viernes santo, de gestos doloridos para el Señor. Durante la Pascua ocuparon sus lugares en el espacio que el Señor les había indicado: ?Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos? enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado". Viviendo nuestro viernes santo, adentrémonos en un nuevo espacio, la vida nueva en la resurrección de Cristo-Dios. Que este tiempo de muerte para nuestras malas acciones se convierta en un nuevo espacio para vivir la Pascua, la Resurrección, para vivir una nueva época de paz, diálogo, conversión y reconciliación.
"Esta nueva vida en Cristo resucitado exige también nuevos compromisos con su Palabra, con la comunidad donde vivimos la fe, con nuestras buenas obras en beneficio de un mundo mejor y más humano. Para nuestro país, un momento de reorganización con paciencia y sacrificio para que la verdad triunfe en la construcción de un mundo más fraterno y amoroso con el Señor. Este es el día que el Señor nos hizo, día de alegría y de júbilo. Alegrémonos. ¡Cristo resucitó!+
Texto completo del mensaje