Viernes 19 de abril de 2024

Mons. Frassia: "Frente a Dios, tener capacidad de admiración"

  • 14 de febrero, 2019
  • Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Avellaneda-Lanús, Mons. Rubén Frassia, compartió sus reflexiones sobre el texto del Evangelio leído el domingo 3 de febrero. Lo hizo en el programa "Compartiendo el Evangelio", que se emitió por diversas emisoras de la capital federal y del conurbano bonaerense.
Doná a AICA.org
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, compartió sus reflexiones sobre el texto del Evangelio leído el domingo 3 de febrero. Lo hizo en el programa "Compartiendo el Evangelio", que se emitió por diversas emisoras de la capital federal y del conurbano bonaerense.

El texto del Evangelio de San Lucas se refiere al episodio en el que Jesús les habla a sus paisanos de Nazaret que quedan admirados y extasiados por sus palabras, pero al reconocerlo como un vecino más, el hijo del carpintero José, cambian de opinión y amenazan con despeñarlo.

"Esto -reflexionó el prelado- es muy frecuente, muy histórico, muy común. San Lucas empieza diciendo que todos escuchaban a Jesús en la sinagoga de Nazaret; estaban llenos de admiración por las palabras que salían de su boca. Y luego, cuando dice algo que los pone en evidencia, que no les gusta escuchar, se enojan, se enfurecen, lo quieren derrotar, tirar abajo, lo querían despeñar -una frase típica del Antiguo Testamento-. Una realidad es la versatilidad, el cambio; en un momento uno está cerca y después, por otros motivos, por una cosa que no le gusta, se enojan y están en contra; esto es muy frecuente".



"Sin embargo -prosiguió monseñor Frassia- es importante volver a descubrir y recuperar el sentido de las palabras, la fuerza de las palabras, la misma verdad, por qué Cristo viene y para qué viene. Él viene para ser escuchado; es el gran profeta, el máximo de los profetas que viene a darnos el sentido y a expresar la voluntad de Dios".

El obispo resumió que debemos "volver a hacer culto de la verdad, de la objetividad, de lo que es siempre así y que es tan importante para que podamos escucharlo, vivir y sobre todo integrar en nuestra vida, en nuestra conducta y en nuestras acciones. Después, ver la frescura; a veces los que aparentemente están más lejos son más frescos para recibir las cosas de Dios y a veces, los que están cerca cierran su corazón, Dios no obra muchos milagros porque ellos piensan que "lo conocen", que "se las saben todas".

"Frente a Dios -concluyó monseñor Frassia- hay que tener capacidad de admiración; frente a Dios hay que sorprenderse y saber que Dios siempre es Dios".+