Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Ñáñez reveló el "remedio" que usaba el Cura Brochero

  • 29 de enero, 2018
  • Villa Cura Brochero (Córdoba)
El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió este viernes 26 de enero la misa al cumplirse 104 años del "nacimiento a la gloria" del Santo Cura Brochero. La celebración eucarística, que constituyó el cierre de la Semana Brocheriana 2018, tuvo lugar en el predio "La Providencia" de Villa Cura Brochero y fue concelebrada por siete obispos.
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Como cierre de la Semana Brocheriana 2018 y con motivo del 104 aniversario del "nacimiento a la gloria" de San José Gabriel del Rosario Brochero, el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, presidió el viernes 26 de enero una misa en el predio "La Providencia" en Villa Cura Brochero.

Concelebraron la Eucaristía el obispo de Cruz del Eje, monseñor Ricardo Araya; el obispo castrense y anterior obispo de Cruz del Eje, monseñor Santiago Olivera; el obispo de Santo Tomé, monseñor Gustavo Montini, el obispo de Alto Valle de Río Negro, monseñor Marcelo Cuenca Revuelta; el obispo de Río Gallegos, monseñor Miguel Ángel D?Anníbale; el obispo de San Francisco, monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva y el obispo auxiliar de Córdoba, monseñor Ricardo Seirutti.

"Nos hemos congregado en este lugar porque queremos conmemorar de manera especial el nacimiento a la gloria de este insigne sacerdote, San José Gabriel del Rosario Brochero", comenzó su homilía monseñor Ñáñez.

El arzobispo comparó la experiencia reflejada en una carta del apóstol Pablo, a Timoteo, su estrecho y queridísimo colaborador, quien en determinado momento de su ministerio "experimenta cierto desaliento, tristeza, vive un momento de crisis" y Pablo "lo consuela, lo alienta, lo anima, pero también lo desafía: No debe quedarse en esa situación sino que debe hacerle frente", detalló monseñor Ñáñez.

"Tiene que volver a la lectura orante de la Palabra de Dios y entregarse con ánimo a la tarea evangelizadora", continuó el prelado, y consideró que este "es el remedio que el apóstol Pablo le da a Timoteo frente a esa crisis: no quedarse en ese momento de desaliento, de tristeza".

"Es un remedio que también usa el Cura Brochero, no para curarse de un momento difícil sino para no enfermarse", explicó monseñor Ñáñez, e invitó a los fieles a pensar que "cuando Brochero viene a este lugar es un hombre joven, de 29 años, y se queda solo, pero no se deja ganar por ningún tipo de desaliento, ningún tipo de tristeza, sino que con una paciencia inquebrantable se entrega a la obra evangelizadora".

"Y está de por medio su fe inconmovible, su apego al Evangelio que medita y predica todos los días, su esperanza porfiada, confiada en las promesas del Señor, y que Él lo va a acompañar y lo va a asistir, y su caridad generosa que lo lleva a entregarse totalmente a la obra del Reino, al servicio de sus hermanos, atento a todas sus necesidades, a las más importantes y a las más pequeñas". En este sentido, el arzobispo descubrió "una semejanza entre la experiencia de Timoteo y de Brochero".

Monseñor Ñáñez llamó al Pueblo de Dios a "pensar en nuestra propia situación, como miembros de la Iglesia de Jesús, como sus discípulos, porque a veces puede invadirnos también cierto desaliento, cierta tristeza, porque vemos la aparente infecundidad de nuestros esfuerzos, como que nuestra labor no tiene los frutos esperados".

"¿Cuál es el remedio? Ningún otro sino el que Pablo le recomienda a Timoteo, el que San José Gabriel del Rosario utilizó en su ministerio: el entregarnos totalmente al Evangelio y el desear su difusión entre nosotros", afirmó.

Además, destacó las palabras del Evangelio, cuando Jesús elige a los 72 además de los 12. Y al respecto expresó que "la tarea de la evangelización no es sólo responsabilidad del obispo, de los sacerdotes, de los consagrados. Nos toca a todos. En esos 72 que elige el Señor estamos representados todos. Los que por el Bautismo somos discípulos y seguidores de Jesús. Es una invitación a testimoniar el Evangelio. A anunciar ayudándonos y alentándonos mutuamente".

Luego señaló que esto es a lo que nos invita insistentemente el Papa Francisco, una Iglesia en salida. "¿Qué significa eso?", preguntó el arzobispo: "Precisamente eso de dejar de lamentarnos y ver, confiando en el Señor que nunca nos abandona, qué podemos hacer entre todos".

Finalmente, pidió a San José Gabriel Brochero y de la beata Catalina de María que "nos alcancen la gracia de una confianza enorme en el Señor. De tener el deseo de salir, y hacer la tarea evangelizadora y de esperar los frutos como ellos los esperaron pacientemente".

"Y hagamos el propósito cada uno desde lo cotidiano, desde lo de todos los días, desde las cosas más sencillas, llevar adelante esta tarea para que el Evangelio de Jesús resuene en nuestra familia, en nuestros ambientes, en nuestra sociedad. Para que el mensaje evangélico renueve la vida de nuestra Patria, viviendo de veras nuestra adhesión a Jesús, el tomar en serio su Palabra, estamos construyendo también una Patria nueva, una Patria de hermanos, como la anhelamos y como de verdad la necesitamos" concluyó.+