Miércoles 27 de noviembre de 2024

Mons. Conejero: Urgente e imperioso llamado a la conversión

  • 3 de febrero, 2021
  • Formosa (AICA)
"Estamos llamados y debemos convertirnos: a la verdad, a la humildad y a la mansedumbre, a imagen y ejemplo de Jesús", recordó el obispo de Formosa.
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El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, recordó que con el inicio de al Cuaresma Una vez más, resonará, con fuerza, en los oídos y también en el corazón, la llamada a la conversión; es decir “al cambio profundo, a la transformación de los pensamientos, actitudes y comportamientos de vida”. 

En su editorial de febrero en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado señaló que “simultánea e inseparablemente, a esta llamada, a fin de que sea posible y realizable verdaderamente en nosotros la conversión, hay que creer y confiar en la persona de Jesucristo, la Buena Noticia de Dios”. 

“No cabe la menor duda que ésta, siempre nueva, urgente e imperiosa llamada al cambio y renovación de vida, pone de manifiesto, en primer lugar, la bondad, la misericordia y la infinita paciencia de Dios hacia nosotros; y, a la vez, nos ofrece una oportunidad más, para transformar nuestra vida y, purificados y renovados, poder alcanzar la salvación”.

Tras preguntar de qué tenemos, sobre todo, hay necesidad de conversión, respondió: “Estamos llamados y debemos convertirnos: a la verdad, a la humildad y a la mansedumbre, a imagen y ejemplo de Jesús, nuestro único Maestro y Señor”. 

“Él es el Testigo de la Verdad; pues, si hay algo que Jesús detesta, es la mentira farisaica; perdona sí, las debilidades y fragilidades humanas, cuando reconociéndolas nos arrepentimos; pero no soporta, ni tolera la hipocresía, el fingimiento, las apariencias engañosas”, afirmó, pero exclamó: “¡Y cuántas mentiras nos rodean, cuánta arrogancia y soberbia nos envuelven, cuánta cólera y abuso de poder a nuestro alrededor!”

Monseñor Conejero Gallego destacó que Jesús invita “amorosamente a acudir a Él, y a aprender de Él, a ser: pacientes y humildes de corazón para encontrar alivio”.

“La tentación está siempre al acecho; por tanto, ahora es el tiempo y la hora de acrecentar la fe y la oración, ambas cimentadas y alimentadas en la Palabra de Dios, para poder vencer como Jesús al tentador. El Maligno circula suelto por nuestro mundo y la maldad puede también salir de nuestro mismo corazón, como nos advierte el Señor”, advirtió, y agregó: “De ahí, la necesidad de estar, más que nunca, firmes en la fe, atentos, vigilantes, sobrios y orantes para no sucumbir y con la fe, en Cristo, vencer al mundo”.

“El riesgo de caer, en las tentaciones de la codicia y del abuso de poder, es de todos; porque incluso los presbíteros, pastores llamados a apacentar el Rebaño del Señor que a ellos se les confía, pueden hacerlo no con abnegación, como quiere Dios, sino por interés mezquino o pretendiendo dominar a los que les han sido encomendados”, sostuvo.

Monseñor Conejero Gallego finalizó subrayando que “Jesús, Buen Pastor, es y será siempre para todos, el modelo a seguir. Así, amar y servir a los demás, hasta dar la vida como Él, serán los objetivos principales de nuestra conversión”.+

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