Miércoles 30 de octubre de 2024

Mons. Castagna: 'Jesús proporciona el modelo de familia'

  • 28 de diciembre, 2023
  • Corrientes (AICA)
El arzobispo emérito de Corrientes aseguró que, "para que la pareja humana se constituya en imagen de Dios, necesita un modelo y ese es Jesús, mediante la familia que integra con María y José".
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El arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Castagna, ofreció sus sugerencias semanales  para las homilías del domingo 31 de diciembre.

El prelado se refirió a la creación del matrimonio y de la familia: “La Sagrada Familia de Nazaret realiza lo que Dios se había propuesto al crear al hombre: ‘Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó’”, recordó.

Para que la pareja humana se constituya en imagen de Dios-dijo- “necesita un modelo. Jesús nos proporciona ese modelo, mediante la familia que integra con María y José”. 

En relación con la Sagrada Familia, monseñor Castagna recordó que san Carlos de Foucauld “pidió humildemente incorporarse a ella, de la mano de Jesús, a quien adora presente en la Eucaristía. ¡Qué débiles y acabados nos sentimos! ¡Con qué amor somos invitados a vivir bajo su mismo techo, participando del mismo pan en el amor!”.

“La familia humana, a partir de la Revelación, logra reproducir esa perfecta imagen de Dios. Para ello, debe respirar la atmósfera de santidad que predomina en la Sagrada Familia. Ciertamente, Dios amor encuentra en ella su perfecto reflejo humano”, señaló. 

Y finalizó: “¡Qué desafiante proyecto de vida para quienes contraen matrimonio! Al mismo tiempo, ¡qué desaprobación a toda convivencia extramatrimonial o cualquier deformación de la original y providencial institución! Es en la Escritura donde hallamos la ciencia que conduce a la verdad”.

Texto de las sugerencias
1. La santidad del amor. La Liturgia de esta solemnidad ofrece diversas escenas, todas ellas de singular significado profético. María y José manifiestan la santidad de un amor casto nutrido en la contemplación del Hijo de Dios, convertido en el Hijo del hombre. La Familia de Nazaret ha inspirado la vida de muchos santos. San Carlos de Foucauld es un ejemplo luminoso. Su admirable actividad contemplativa, ante la Reserva eucarística, encuentra su clima en el Hogar de Nazaret. Con María y José, en la sagrada intimidad de ambos, San Carlos de Foucauld encuentra su alimento cotidiano. Es así que se constituye en lección evangélica viviente. Es preciso escuchar a Dios en los santos, son sus legítimos testigos. Algunos se preguntarán: ¿dónde están, para identificarlos como lección? Están, aunque el mundo no los vea. Encarnan una Palabra, que es rechazada, según el Apóstol Juan: “En el mundo estaba (la Palabra), y el mundo existió por ella, y el mundo no la reconoció. Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron”. (Juan 1, 10-11)

2. La creación del matrimonio y de la familia. La Sagrada Familia de Nazaret realiza lo que Dios se había propuesto al crear al hombre: “Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó”. (Génesis 1, 27) Para que la pareja humana se constituya en imagen de Dios necesita un modelo. Jesús nos proporciona ese modelo, mediante la Familia que integra con María y José. San Carlos de Foucauld pide humildemente incorporarse a ella, de la mano de Jesús, a Quien adora presente en la Eucaristía. ¡Qué débiles y acabados nos sentimos! ¡Con qué amor somos invitados a vivir bajo su mismo techo, participando del mismo Pan en el amor! La familia humana, a partir de la Revelación, logra reproducir esa perfecta imagen de Dios. Para ello, debe respirar la atmósfera de santidad que predomina en la Sagrada Familia. Ciertamente Dios Amor encuentra en ella su perfecto reflejo humano. ¡Qué desafiante proyecto de vida para quienes contraen matrimonio! Al mismo tiempo, ¡qué desaprobación a toda convivencia extramatrimonial o cualquier deformación de la original y providencial institución! Es en la Escritura donde hallamos la ciencia que conduce a la Verdad.

3. La familia cristiana, testigo de la verdad. Hoy termina el año calendario 2023. Dios nos ofrece una nueva oportunidad, quizás la última. Hoy más que nunca es preciso volver al Evangelio. Desempolvar el texto o agudizar el oído, es la tarea de fe que se vuelve apremiante en las actuales condiciones del mundo. De esa manera, será necesario difundirlo como la Verdad creíble y testimoniada por las familias cristianas, u observantes de sus valores. La urgencia, como la demandada por una dramática emergencia moral, caracteriza la misión evangelizadora de la Iglesia. Así lo manifestaba Jesús en los inicios de su acción misionera: “Desde entonces comenzó Jesús a proclamar: ¡Arrepiéntanse que está cerca el reino de los cielos!” (Mateo 4, 17) Hoy el Reino está presente, plantando la verdad en los corazones bien dispuestos. Jesús, en la misión que le encomendara a su Iglesia, se hace escuchar por quienes desean escucharlo. El deseo de recibir la Palabra necesita ser alentado por quienes son su Voz legítima, como la del Bautista. Es importante recuperar el deseo de Dios, y decidir buscarlo por los caminos que Él nos ofrece para encontrarlo. La situación actual del mundo evidencia una insensibilidad alarmante cuando se aborda el tema religioso.

4. Hacer simpático el Evangelio. No nos avergoncemos de hablar de Dios con quienes manifiestan interés, y también con quienes se oponen a considerarlo importante. No lo hagamos como algunos sectarios que se empeñan, de tal modo, en la difusión del Evangelio, que lo vuelven irritable, hasta suscitar la enemistad de quienes debieran atraer.  El Evangelio es la Palabra de Dios: es amable  y dulce, aún en sus más severas exigencias. Que el mundo se sienta atraído por el Evangelio, hasta lograr una empatía irresistible con la vida y con la palabra de los creyentes.+