Sábado 20 de abril de 2024

Mons. Castagna celebró sus 65 años sacerdotales y 42 episcopales

  • 6 de diciembre, 2020
  • Corrientes (AICA)
El viernes 4 de diciembre los arzobispos de Corrientes celebraron una misa de acción de gracias por sus años de sacerdocio y de episcopado.
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El viernes 4 de diciembre los arzobispos de Corrientes celebraron, en el santuario de la Santísima Cruz de los Milagros, una misa de acción de gracias por sus años de sacerdocio y de episcopado. La celebración eucarística fue presidida por el arzobispo emérito de Corrientes, monseñor Domingo Salvador Castagna, por sus 65 años de sacerdocio y 42 de consagración episcopal, y concelebrada por el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik OFMCap, por sus 19 años de ordenación episcopal y 13 años como arzobispo de Corrientes. También concelebró el obispo auxiliar, monseñor José Adolfo Larregain OFM.

Saber agradecer es un gesto valorado por Dios
La homilía fue pronunciada por monseñor Castagna, quien comenzó manifestando que consideraba "un obsequio del Padre Dios la oportunidad que me ofrece mi hermano arzobispo Andrés de celebrar ambos aniversarios de ordenación episcopal en el Santuario de la Cruz de los Milagros. Hoy, 4 de diciembre, coincide con los 65 años de mi lejana ordenación sacerdotal. De ellos descuento los 42 años de episcopado que se cumplirán el 29 de diciembre".

"Saber agradecer -agregó- constituye un gesto de vida muy valorado por Dios. Jesús lleva su acción de gracias a su Padre hasta el extremo de la Cruz y de la Eucaristía. Él nos enseña a ser agradecidos, haciendo de nuestra gratitud un nuevo y mejorado consentimiento a su voluntad".

Y prosiguió: "En mi larga vida (dentro de un mes cumpliré 90 años) descubrí que la capacidad para el ejercicio del ministerio sacerdotal (presbiteral y episcopal) no está garantizada por títulos académicos sino por el amor a Cristo. Nuestra vida es una demanda de amor por parte de Cristo y una respuesta de amor por parte nuestra. Nuestra vida oscila entre esos dos términos del diálogo con Cristo, el Buen Pastor que nos llamó a ser pescadores de hombres. El secreto de la fecundidad del ministerio sacerdotal es el amor a Cristo".

"Recorro  -dijo más adelante- los 65 años de mi ordenación sacerdotal y los 42 años de la episcopal, y me enternece la constante intervención del Padre Dios, que me esperó pacientemente, confió en mí y acortó la distancia que me separaba del ideal de santidad que nunca dejó de proponerme como perspectiva de vida. Les agradezco que me acompañen en mi acción de gracias. Son ustedes la Iglesia que amo y por la que soy lo que soy".

La presencia de María
La última parte de su homilía monseñor Castagna la dedicó a la presencia de la Virgen María en su vida. "Motivo de acción de gracias -dijo- es la presencia materna de María en las diversas advocaciones que jalonaron mi vida: de Luján, del Buen Consejo, del Rosario de San Nicolás y de Itatí. Es la misma Madre de Dios, alojada en mi corazón filial como el apóstol Juan “la recibió en su casa”. Reconozco en ella a quien mejor conoció a Jesús; Es madre y pedagoga de la Iglesia, particularmente de quienes hemos recibido el grave encargo de representar a su divino Hijo. Como buena Madre ha suplido mis falencias y acompañado mis esfuerzos pastorales y advierto que está transitando conmigo la recta final y avizorando cercana la Casa paterna".+

» Texto completo de la homilía