Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons. Cargnello al nuevo sacerdote: "Nuestra alegría está en aprender de Él"

  • 18 de enero, 2021
  • Salta (AICA)
El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, ordenó sacerdote al diácono Lucas Ríos, en una celebración que tuvo lugar el 15 de enero en la catedral Salteña.
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El viernes 15 de enero, en una celebración eucarística que tuvo lugar en la catedral-basílica del Señor y Virgen del Milagro, el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, ordenó sacerdote al diácono Lucas Ríos, quien eligió como lema de su ordenación el pasaje de la Carta de San Pablo a los Corintios: “Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad”.

El neopresbítero Lucas Ríos es el primer sacerdote salteño que completó todas las etapas de su formación sacerdotal en el Seminario Mayor San Buenaventura, de Salta.

“En medio del clima creado por la pandemia que nos viene acompañando desde hace 10 meses, con los altibajos de decisiones que nos mantuvieron más o menos encerrados en nuestros hogares o limitados en el ejercicio de nuestras tareas, es un signo de esperanza poder celebrar juntos la ordenación presbiteral de Lucas, verdadero regalo para nuestra Iglesia en Salta", expresó en su homilía monseñor Cargnello. 

“Lucas -añadió el arzobispo- es el primer sacerdote de nuestra arquidiócesis que fue acompañado en todas las etapas de la formación sacerdotal en el Seminario Mayor San Buenaventura, de Salta, por eso para nosotros también tiene una fuerza especial este momento. Vemos como bendición especial del Señor su ordenación. Pedimos a Jesús  que nos siga sosteniendo para consolidar el Seminario Mayor en todo el curso formativo” y explicó que “la arquidiócesis de Salta es la tercera fundada en el territorio argentino, después de Córdoba y Buenos Aires”.

“Es importante preguntarnos, admirarnos y agradecer a Dios el hecho de que haya jóvenes que confíen su vida para vivirla en el ejercicio del ministerio sacerdotal en un momento en el que la Iglesia está siendo purificada por las denuncias de cuestiones de pedofilia que, sin lugar a dudas, han afectado su credibilidad”.

“Ver que todavía hay jóvenes que confían, me hace pensar que el Señor sigue mostrando que es Él quien guía la Iglesia  y que el Espíritu no descansa en la obra de animar y consolidar a la Esposa de Cristo y que, más allá de las miserias y pecados  nuestros –míos y de todos los cristianos- el Señor la mantiene santa, porque Él es la fuente de la santidad. Una ordenación sacerdotal muestra el poder, la fuerza de atracción que ejerce la adorable figura de nuestro Señor.  Por eso, en ese clima que nos limita, sea por la pandemia, sea por la situación que vive la Iglesia, es ‘justo y necesario’ –como dice el prefacio en la Misa- que nos alegremos y demos gracias al Señor por la ordenación de Lucas”.

Dirigiéndose al nuevo sacerdote, monseñor Cargnello expresó: “Lucas, Dios te eligió para eso. Has seguido el camino del Señor, Él te llamó cuando eras joven y en ti se cumple lo que escuchamos del profeta Jeremías: ‘Antes de formarte en el seno materno yo te conocía’. El Señor te eligió y te consagró, es decir, te separó para que estés en las cosas del Padre, para que puedas experimentar en ti mismo, con el tiempo, el profundo deseo que el Padre experimenta por la salvación de los hombres”.

“El Padre quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”, recordó el prelado. “Te toca en esta generación ser testigo del amor apasionado del Padre, de Jesús y del Espíritu y para eso te consagra en esta celebración en la que te hace sacerdote”. 

Animó al neopresbítero a no tener miedo, porque la fuerza viene del Señor. “Muchas veces experimentamos la tentación de creernos nosotros los salvadores, los protagonistas número uno y sólo somos ministros, siervos. Nuestra alegría está en poder dar, aprender de Él”, aclaró. “Hemos de cultivar una  certeza que nos da paz: ‘Yo estoy contigo para librarte, yo pongo mis palabras en tu boca’. Vivimos esto en el ejercicio del misterio profético: anunciar a Jesús, no anunciarnos a nosotros mismos -como lo decía el apóstol en la Segunda Carta a los Corintios- sino a Jesucristo, no falsificando la Palabra de Dios sino manifestando abiertamente la verdad. ‘No nos predicamos a nosotros mismos sino a Cristo Jesús, el Señor’”.  

El arzobispo destacó la importancia de la formación permanente: “No podemos ser un disco que repite sino una persona que transmite el amor por la persona adorable de Jesús”, y le aconsejó “celebrar con dignidad”. “Entre las cosas que me interpelaron en este tiempo de pandemia, reaparece el llamado a descubrir la fuerza de la Liturgia y de la Eucaristía”. Por eso, animó a “caminar permanentemente en la escuela de Jesús, siguiendo la enseñanza de la Liturgia, invitando a los hermanos a seguirlo”. 

“Nosotros, siguiendo a Jesús, nos convertimos en iniciadores de la vida cristiana. Es tarea nuestra y lo espera el Pueblo de Dios”. En ese sentido, deseó “que las personas, los movimientos, las instituciones, los grupos apostólicos encuentren en ti  un padre y un hermano, un servidor al estilo de lo que proclamó el Señor en el Evangelio”.

Finalmente recomendó: “Hacete amigo de los santos. Este año el Papa quiere que nos miremos en San José. Contempla su discreción y su servicio al Misterio. Imagínate a José que tiene que recibir a la Virgen y apostar por ella –sin entender-, aceptando y obedeciendo la voluntad del Padre. Acompaña a Jesús, le enseña a ser un hombre de bien, un judío ejemplar. Jesús aprende de José, escucha la Palabra de Dios, sea en la Escritura, sea en la consulta a los sabios, sea en la oración profunda de la que nos hablan los sueños. San José es un maestro para los sacerdotes, confía en Él”.

“En los brazos de la Virgen te entregamos –y nos entregamos- para celebrar plenamente este Misterio que te va a transformar, ahora sí, en el padre Lucas Ríos”, concluyó.+

» Texto completo de la homilía