Jueves 28 de marzo de 2024

Mons. Canecín afirmó que con el aborto "legislaron para matar"

  • 31 de diciembre, 2020
  • Goya (Corrientes) (AICA)
El obispo celebró la misa del miércoles 30 de diciembre, día en que se aprobó la ley de "Interrupción Voluntaria del Embarazo" en el Senado de la Nación y se lamentó por la medida.
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Al celebrar la misa del miércoles 30 de diciembre, el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, se refirió a la aprobación por el Senado de la Nación de la ley de aborto y repudió la medida afirmando: “Legislaron para matar”.

En la homilía, comenzó leyendo el comunicado emitido por la Conferencia Episcopal Argentina, ratificando que continuará trabajando con “firmeza por el cuidado de la vida”. Y luego citó el salmo “todo ha brotado del amor de Dios y, el Señor concretara en mi la obra que ha empezado”. “Qué lindo es que cada uno de nosotros nos reconozcamos obra de Dios, cada ser humano y, desatemos las manos de Dios para que Él no se canse de hacer su obra en cada uno de nosotros”.

El prelado goyano señaló que “el Padre Dios, desde la eternidad ha tenido un proyecto, un sueño para cada ser humano y conforme a ese plan y proyecto Dios, a través del amor fecundo de un varón y de una mujer que se aman, llaman a la vida a nuevas personas. Desde el primer momento de la concepción. Desde el primer instante de la concepción, hay vida humana”.

En este sentido, explicó que este dato “está confirmado por las ciencias médicas, por la genética”, y expresó su tristeza por la ley que “hizo caso omiso al dato de la ciencia”. “Interrupción voluntaria del embarazo es un eufemismo. Con esa frase quisieron suavizar una verdad que es dramática”.

Monseñor Canecín denunció que “los que han legislado esto son los legisladores de la muerte, tanto los diputados como los senadores nacionales”, e insistió, “son legisladores de la muerte que luego alquilarán sicarios para que maten en el seno materno, porque el que mata por plata y por encargo es un sicario”.

Luego resaltó que “Dios tuvo un proyecto, soñado desde la eternidad. Por eso, ningún ser humano llega a la vida por casualidad, no es solo cosas de papá y de mamá”, sino que “es un ser humano, es fruto del acuerdo de Dios”. “Dios da la vida a cada ser humano y, así como las huellas dactilares, cada ser humano es único e irrepetible, solo Dios sabe lo que Él puede aportar a través de cada ser humano que envía a este mundo”, reflexionó.

El obispo de Goya continuó señalando que “algunos celebran como un triunfo, un progreso”, y se preguntó “¿Matar es progreso? ¿Qué concepción de progreso tenemos?”, y advirtió: “Después de la ley del aborto viene la eutanasia”, porque “los que imponen esto van por otros y van por todo”.

“El sueño del Padre, conocía al Hijo eterno, el que nació en Navidad: Jesús. Él encarnó el proyecto del Padre Dios, vivió el proyecto y nos reveló el proyecto para cada uno, porque sólo Jesús tiene palabras que dan vida y vida eterna, solo Él es la verdad que hace libre. Jesús es la verdad sobre el mundo, el hombre y la historia”.

Citando la Constitución Pastoral “Gaudium et spes” (Gozo y Esperanza), sobre la Iglesia en el mundo actual, monseñor Canecín afirmó: “El misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado. Porque Adán, el primer hombre, era figura del que había de venir, es decir, Cristo nuestro Señor, Cristo, el nuevo Adán, en la misma revelación del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre, al propio hombre, y le descubre la sublimidad de su vocación. Nada extraño, pues, que todas las verdades hasta aquí expuestas encuentren en Cristo su fuente y su corona”.

Por eso, el prelado animó a tener la “mirada puesta sólo en Jesucristo porque Él es el único que habla como quien tiene autoridad: Él es la Verdad”. En este sentido, planteó: “A veces, por jugar el puesto o la profesión o el lugar que tenemos en la sociedad no nos jugamos por los valores esenciales y, en el fondo, somos cómplices y conniventes”. 

Pensando en los médicos, afirmó que “son ellos los que tienen que decir que esto es un dato científico”, y sobre los profesionales del derecho, “son ellos los que conocen la carta magna, los derechos del niño, los pactos internacionales, el Pacto de San José de Costa Rica”, y preguntó, “¿se juegan o no se juegan los médicos y los profesionales del derecho? Pareciera que esperan que los obispos solamente hablemos como si el tema de la vida fuera un tema solo religioso”.+