Viernes 29 de marzo de 2024

Mons. Barba: Que La Cobrera sea lugar de bendición y consuelo

  • 5 de septiembre, 2022
  • San Luis (AICA)
Más de 4.000 fieles se acercaron este sábado 3 de septiembre a La Cobrera, en San Luis, para venerar a la Virgen y participar de la primera misa celebrada en el lugar y presidida por el obispo Barba.
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Una vez más, como cada 3 de septiembre, una multitud se congregó en La Cobrera, en el valle de San Luis, para venerar a la Virgen. Pero esta vez, la jornada tuvo un detalle especial: por primera vez, y en el comienzo de una nueva etapa de acompañamiento de la Iglesia a esta devoción, se celebró la Eucaristía en el lugar.

La misa estuvo presidida por el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, ante 4.000 fieles provenientes de distintas partes de San Luis y de otras provincias, que al llegar fueron recibidos por los miembros de la Asociación Civil Virgen María de La Cobrera, Silvina Peirone, María Lucía Talio, Gregorio Alcaraz y Miguel Angel Escudero, junto a otros colaboradores y al sacerdote Andrés Puerta.

Un momento especial se vivió cuando monseñor Barba contó que le había escrito al Papa sobre lo que sucedería el sábado, a lo que Francisco contestó, alentó y animó a seguir trabajando y evangelizando en ese lugar.

En su homilía, el obispo animó a "aprender a escuchar el silencio" al que se presta La Cobrera, y señaló: "La virgen María ha sido maestra de escucha, ha sido maestra del silencio. Ella misma ha aprendido a escuchar la voz de Dios".

"He tenido la suerte de conocer muchos lugares de la Argentina, particularmente en el norte. Algunos de ellos a 4.000 y 5.000 metros de altura. He podido compartir en esas tierras la cultura propia del altiplano que llevan naturalmente a un encuentro con el Creador", relató, considerando que "son lugares propicios para la contemplación, para el silencio interior para escuchar la voz de Dios". 

"Y he podido vivir esa fuerte experiencia de encuentro de una naturaleza que 'eleva', que favorece el encuentro con lo religioso", aseguró.

"Seguramente muchos podrán llegar a este lugar para escuchar la voz de Dios por medio de María. Venimos por María, al encuentro de Dios, para llevarlo en nuestro corazón, para expresarle muestras dolencias, para dejar aquí a los pies de María nuestras enfermedades, para poner aquí nuestras inquietudes que nos hacen daño. Lo que nos preocupa…, y también lo que nos anima", enumeró el obispo.

"En este lugar, por medio de María debemos encontrarnos con Jesús. Llegar a Él. Escuchar atentos qué nos dice…, qué nos pide…; muchos de ustedes hacen años que se acercan hasta aquí, ya lo han hecho tantas veces…", valoró. 

"Hoy, primero rezamos juntos el Santo Rosario, luego hemos peregrinado como Pueblo de Dios. Como Pueblo que comparte su fe. Un Pueblo que no está solo, que juntos peregrinamos a la casa del Padre. Y ahora compartimos el Misterio más profundo de nuestra Fe, la Eucaristía".

"Tenemos certeza de nuestras fragilidades. Y cada uno sabe lo que va viviendo en su corazón. ¡Por eso estamos aquí…! Queremos por medio de María fortalecer nuestras rodillas vacilantes…, necesitamos de la Sabiduría que solo Dios nos puede dar. Por eso venimos confiados", consideró.

Venimos aquí porque tenemos fe y debemos crecer en la fe. Siempre…, permanentemente...; confiar en Dios. Porque confiamos en María, confiamos en Dios. Como lo hizo ella. Ella es nuestra maestra y modelo", sostuvo.

"La Cobrera será entonces, un lugar de encuentro con la Virgen, con Jesús y con nuestros hermanos en el camino de la fe. Aquí debemos venir para tomar Gracia, recibir los dones que Dios nos quiera regalar y la fuerza para volver a nuestra realidad cotidiana dispuestos a seguir a Jesús cada día cargando con la cruz que nos haya tocado, para que esta se convierta en un instrumento de vida. Pero también este es un lugar de gozo y esperanza ya que la Virgen es causa de nuestra alegría", aseguró.

"Tenemos que profundizar el camino de la oración y para ello, el rezo del santo rosario puede ser el instrumento que fortalezca a nuestras familias de lo que nos angustia, de lo que nos hace daño. Nuestra devoción a la Virgen María se hace oración. Les invito desde aquí a que recen el rosario en familia", alentó.

"Les propongo como familias un objetivo de oración. Algunos podrán rezarlo cada día. A lo mejor otras familias lo harán con más distancia (una vez a la semana…), cada familia sabrá cuál es su tiempo…, sin embargo, lo importante de esto será que el rezo del rosario sea una oración compartida en muchos hogares. Les aseguro que esto va a cambiar a nuestras familias en el presente y en el futuro. Que no solo cuelgue de nuestros cuellos, o pasee en nuestros autos, sin ser rezados. Están para ser rezados. Ese es su verdadero y más profundo sentido", exhortó.

"Seguramente volveremos a este lugar…, a La Cobrera muchas veces… Hoy tiene algo muy especial ya que es la primera vez en que se celebra aquí la santa misa", reconoció el prelado. "Quiero acompañarlos y por eso estoy aquí", aseguró.

"Quiero velar para que siempre sea este lugar, un lugar eclesial. Que nos lleve a estar en comunión con la Iglesia bajo el cayado de Pedro, es decir, bajo el pastoreo de nuestro papa Francisco. Para ello, yo mismo como obispo de esta diócesis, y con la ayuda de nuestros pastores, de nuestros sacerdotes que puedan prestar sus servicios ministeriales desde este lugar, iremos acompañando este caminar mariano", se comprometió.

"El pueblo de San Luis, desde hace años que tiene la santa costumbre de las peregrinaciones y seguramente este lugar será justamente uno de ellos. María nos lleva a Jesús. ¡Siempre…!", insistió.

En ese sentido, invitó a los sacerdotes de San Luis a que "cuando vengan hasta aquí, ofrezcan a los peregrinos este alimento que es la Eucaristía y también con generosidad la Gracia del sacramento del Perdón".

"Que la Cobrera, por medio de María sea cada vez más, un lugar de bendición y consuelo para cuantos vienen a rezar a la Virgen", rezó.+

» Texto completo de la homillía