Viernes 22 de noviembre de 2024

Mons. Barba instó a continuar con fervor lo que dio inicio a nuestra Argentina

  • 26 de mayo, 2022
  • San Luis (AICA)
Con la presencia de autoridades y miembros de instituciones locales, se celebró en la catedral San Luis Rey, el tradicional tedeum.
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El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba, presidió el 25 de mayo la celebración del tedeum en el 212° aniversario del Primer Gobierno Patrio.

La celebración tuvo lugar en la catedral San Luis Rey y contó con la presencia de miembros del Gabinete provincial; legisladores nacionales y provinciales; autoridades judiciales y municipales; representantes de las fuerzas armadas y de seguridad; excombatientes de Malvinas y abanderados escolares.

En su mensaje, el obispo sanluiseño dio gracias a Dios por el don de la Patria, y citando al poeta Francisco Luis Bernárdez en su poesía La Patria, expresó: “Gracias Señor por esta tierra de bendición y porque somos hijos suyos”.

“¡Te celebramos Señor! Por la vida, por nuestra Patria, por nuestra historia y también por este presente que nos interpela a profundizar esta historia común en nuestra tierra Argentina”, exclamó monseñor Barba.

El prelado valoró con memoria agradecida la gesta de mayo de 1810, que fue el inicio de una construcción de la Patria “que nunca acaba”, consideró. 

“La semilla de la Patria ha sido sembrada. En los días siguientes los chasquis partieron por los caminos de huella llevando la noticia y así llegó a San Luis de la Punta. En la humildad del caserío que la Plaza Mayor reunía en su entorno, el Cabildo Puntano reconoció a la Junta formada en Buenos Aires y de ese modo San Luis fue una de las primeras ciudades en adherir al nuevo gobierno que se había formado”, destacó.

“Fue difícil ese tiempo primero, en medio de sangrientas luchas, de aciertos y desaciertos, de encuentros y desencuentros y la Patria supo que tenía que crecer primero en el corazón de ese pueblo al que ya amaba, para enraizar en forma definitiva en su alma y darle singularidad y rostro propio”, reconoció el obispo.

“Hoy, la Iglesia Catedral nos cobija como madre que abraza y ampara a sus hijos. El Altar donde se celebra el Santo Sacrifico de la Misa, es la misma mesa del Señor que nos espera para alimentarnos y ser enviados. Enviados por Jesús para anunciar la Buena Nueva…; ese envío sigue tan vigente como siempre”, aseguró.

“Pero especialmente al conmemorar hoy esta fecha Patria, le pedimos a Dios nos fortalezca en el compromiso de construir su Reino, desde cada lugar en el que estamos, pero especialmente, desde todas las estructuras que deben velar por el bien común, hagamos visible en obras que generen esperanza, futuro y respeten la dignidad de cada uno de los hijos de esta Nación, salvaguardando la igualdad ante la ley e igualdades de oportunidades”, rezó.

Al igual que los próceres de mayo, afirmó el prelado, hoy nos toca un tiempo difícil donde debemos sostener nuestros valores y compromisos, tomando el ejemplo de quienes pudieron “convertir esa adversidad en una oportunidad, y la claridad de sus ideales forjaron un rumbo y un destino distinto, siempre duro y difícil, pero a partir de ese momento: esperanzador”.

“En un mundo verdaderamente en crisis, con una guerra que empeora aún más y complejiza nuestras débiles economías. Con una realidad muy compleja, donde urge revertir todo eso, para que nuestra Argentina sea siempre una Patria que vela, cuida y protege a cada uno de sus hijos e hijas. Porque cada habitante de nuestro suelo es indispensable y necesario”, sostuvo.

Finalmente, aseguró que “la Patria sigue firme por los ciudadanos que se comprometen y la siguen haciendo posible con su esfuerzo de cada día”, y llamó a “continuar con ese fervor que dio inicio a lo que es hoy, nuestra Argentina”.

“Necesitamos cada día más hombres y mujeres con corazones patriotas de verdad, que se manifieste en sus acciones y no tan solo en sus declamaciones”, exhortó, encomendando a Dios “nuestra Patria y a cada uno de nosotros y los habitantes de nuestra Argentina, para que mantengamos firme ese espíritu de servicio, cuidado y construcción del bien común”.+

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