Viernes 3 de mayo de 2024

Mons. Álvarez a los jóvenes: 'La marihuana es una porquería'

  • 11 de julio, 2023
  • Comodoro Rivadavia (Chubut) (AICA)
El obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia alertó sobre el deterioro general y la desesperanza que vive la población en general y pidió canalizarlo en capacidad de transformación.
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El obispo auxiliar de Comodoro Rivadavia, monseñor Roberto Álvarez, estuvo en el programa “Clave política” de Canal 9 de esa localidad patagónica, y se refirió a la visión de la Iglesia católica sobre la dura realidad que atraviesa nuestro país.

El prelado se refirió además al estado de salud del obispo titular de la diócesis, monseñor Joaquín Gimeno Lahoz, quien recientemente cumplió sus bodas de oro sacerdotales y estando de vacaciones en España sufrió una complicación que lo llevó a ser internado en Zaragoza.

“Estuvo muy delicado el primer tiempo y ahora ya pasó a sala común, está empezando a caminar porque tiene que fortalecer los músculos”, describió monseñor Álvarez, aunque adelantó que “el futuro es auspicioso, pero va a ser lento”.

También destacó que “Joaquín está viviendo el último tiempo como obispo porque los obispos renunciamos a los 75 años y él cumple 75 en octubre. Esa es la razón por la cual ya, independientemente de esta situación de salud, habíamos avisado al nuncio para que nos visitara porque empieza la transición hacia otro obispo”.

Consultado sobre qué ve en los barrios y en las calles en términos de necesidad, se refirió a un “deterioro general” que percibe tanto en el ámbito de la salud como en materia educativa o de adiestramiento para el trabajo.

“Yo vi gente saliendo de las adicciones que cuando le dimos la oportunidad de un trabajito de jardinero esa noche volvió a consumir por el estrés y la tensión que le generaba ir a una casa y tener miedo de no entender lo que le iban a pedir”, ejemplificó.

“Esa es la Argentina hoy. Y no solamente en el conurbano bonaerense, nosotros tenemos zonas donde está costando muchísimo comprender qué significa ir a un trabajo y esa realidad la tenemos cotidiana”, lamentó.

También se refirió a “lo que cuesta generar un espacio para la persona, no porque sea vaga o no tenga habito de trabajo, sino porque no saben por dónde empezar”.

Sin embargo, dejó en claro que “nunca la formulación nuestra va a tener un sujeto responsable, culpable, y en eso me parece que todos tenemos que hacernos cargo de que hay un deterioro”.

“Si uno lo pone solo en clave de un realismo humano aún hay un genio en el ser humano que supone una red oculta que se pone en movimiento ante la fragilidad que es impresionante”, expresó el prelado. “Me parece que la historia nos ha demostrado que a veces de modo lateral en la picardía del pueblo aparecen otras soluciones”.

No obstante, descartó “que ninguna estrategia política partidaria tenga que contar con eso” y alertó: “Hay que reformar y renovar todas las estructuras en salud, educación, trabajo, en la provincia y en el país para que esto funcione sin la necesidad de la magia del pueblo argentino”.

A su vez, advirtió que “muchas veces nuestra clase dirigente no está terminando de medir la desesperanza que genera y el enojo que ojalá podamos terminar canalizando en una capacidad de transformación”.

Volviendo sobre el tema del consumo, aseguró que “basta escuchar a Fabiana Cantilo o Gastón Pauls en un reportaje hace poquito diciendo la porquería que es la marihuana. Es mentira que puede haber un consumo recreativo que no termina haciéndole mierda la vida. Es serio y es muy jodido y hay que darle batalla en todas las dimensiones”.

En esa línea, llamó a descubrir que “el alcohol, la marihuana y la cocaína terminan en el mismo lugar: calle, cárcel y cementerio. Nosotros desde la Iglesia Católica nos hemos propuesto contrarrestar con colegio, club y capilla. Para nosotros esas 3 C le dan sentido a un joven”.

“No crean que un porro los lleva a ningún lado. La marihuana es una porquería y nunca te va a llevar a ningún lado”, concluyó.+