Jueves 18 de abril de 2024

Los niños y adolescentes que trabajan tienen mayor déficit educativo

  • 12 de diciembre, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia ? UCA (Universidad Católica Argentina) advierte en su último informe que el trabajo infantil en la zona urbana "sigue siendo una problemática preocupante" al señalar que los niños y adolescentes ocupados en estas tareas, limitan el tiempo disponible para dedicarle a los estudios, las actividades recreativas y al juego, tal es la descripción que fue trazada por el informe "Estado de situación del trabajo infanto juvenil". El estudio señala, además, que "esta incidencia negativa también se genera cuando los niños y adolescentes realizan actividades domésticas intensivas", sobre todo en estructuras familiares donde los adultos de referencia se encuentran ausentes de la vivienda muchas horas del día o donde las familias están compuestas por numerosos niños. "En función de los datos obtenidos se puede resumir que el trabajo infantil y las actividades domésticas intensivas continúan siendo estrategias familiares defensivas que aún perduran en la
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El Barómetro de la Deuda Social de la Infancia ? UCA (Universidad Católica Argentina) advierte en su último informe que el trabajo infantil en la zona urbana "sigue siendo una problemática preocupante" al señalar que los niños y adolescentes ocupados en estas tareas, limitan el tiempo disponible para dedicarle a los estudios, las actividades recreativas y al juego, tal es la descripción que fue trazada por el informe "Estado de situación del trabajo infanto juvenil".

El estudio señala, además, que "esta incidencia negativa también se genera cuando los niños y adolescentes realizan actividades domésticas intensivas", sobre todo en estructuras familiares donde los adultos de referencia se encuentran ausentes de la vivienda muchas horas del día o donde las familias están compuestas por numerosos niños.

"En función de los datos obtenidos se puede resumir que el trabajo infantil y las actividades domésticas intensivas continúan siendo estrategias familiares defensivas que aún perduran en la Argentina, estrategias de sobrevivencia que son respuestas culturales frente a situaciones de pobreza y marginación estructural", subraya.

También se consigna que la pertenencia a hogares de estrato socioeconómico bajo, el residir en villas o asentamientos precarios, la desocupación o baja calidad en el empleo del jefe de hogar, el núcleo conyugal incompleto en el hogar, la endeble situación de las familias que reciben ayuda por medio de un plan social o las que la necesitan y no la reciben se constituyen en factores asociados a una mayor participación de niños y adolescentes en el trabajo y en la realización de actividades domésticas intensivas "que los alejan de la asistencia escolar o retrasan sus estudios limitando las posibilidades de movilidad social ascendente y les restan tiempo para sus juegos y actividades de dispersión y recreación".

Entre algunos de los resultados obtenidos por la investigación, se resalta que entre 2010 y 2011, el porcentaje de niños (5 a 13 años) y adolescentes (14 a 17 años) urbanos que trabajaron en actividades orientadas al mercado disminuyó levemente, pasó de 12,3% a 11,8%.

En el mismo período tampoco no se observan variaciones estadísticamente significativas en el porcentaje de niños y adolescentes que realizaron actividades domésticas intensivas, pasando de 7,6% a 7,8%.

Asimismo, en lo que refiere a la propensión al trabajo según sexo, estrato socioeconómico y condición residencial, se observa una tendencia general de una mayor participación de los varones que de las mujeres. Así, el porcentaje de niños y adolescentes varones que trabajaron se incrementó levemente de 13,8% a 14,2% y el de las mujeres de la misma edad disminuyó de 10,9% a 9,3%.

En tanto, durante la serie estudiada, la propensión al trabajo continuó asociada con el estrato socioeconómico, en el caso del 50% de niños y adolescentes que pertenecen a hogares de menor nivel socioeconómico pasó de 15,6% a 14,6% y en el de los del 50% superior pasó de 9,3% a 9%.

El informe señaló que, generalmente, el trabajo de niños y adolescentes influye negativamente en su situación educacional. A este respecto, la falta de tiempo para el estudio y el cansancio con el que concurren a las clases generan un atraso en el ritmo de cursada que puede culminar en una asistencia con sobre-edad. Por otra parte, la participación temprana en el mercado de trabajo, en conjunción con la exposición a temáticas y problemáticas no propias de su estado de desarrollo madurativo, pueden ocasionar un desinterés en culminar los estudios o una falta de posibilidades debido a la complejidad de coordinar los tiempos y espacios de estudio y labor, advierte la UCA.

Al respecto, en 2011, presentaron déficit educativo 34,6% de los niños y adolescentes que trabajaron. Sin embargo, y de modo puntual, se recalcó que se incrementó (43,3% a 50,2%) el déficit educativo de los adolescentes que trabajaron. Finalmente, se determinó que trabajó 27,2% de los adolescentes que residían en hogares sin asistencia social, mientras que en los hogares que recibieron un plan social fue de 24,3% y de 16,5% en los que cobraron salario familiar o poseían altos ingresos.

Más información: www.uca.edu.ar/observatorio .+