Viernes 26 de julio de 2024

Lomas: Culminó el curso de formación para ministros extraordinarios de la Comunión

  • 27 de mayo, 2024
  • Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
Fue organizado por la Comisión de Liturgia, Música y Arte Sacro de esa diócesis y estuvo dirigido a quienes ya desempeñan servicios en las parroquias y aquellas personas que lo harán en un futuro.
Doná a AICA.org

El curso de formación para ministros extraordinarios de la Comunión, que fue organizado por la Comisión de Liturgia, Música y Arte Sacro de la diócesis de Lomas de Zamora se llevó a cabo en el colegio Inmaculada Concepción y finalizó el miércoles 23 de mayo.

Con la presencia del obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, el curso congregó a lo largo de tres jornadas a ministros extraordinarios de la Comunión, quienes ya desempeñan sus servicios en las comunidades parroquiales o nuevos designados por los párrocos para cumplir tal ministerio.

En su alocución, el obispo destacó el servicio de quienes colaboran con el sacerdote durante las misas en la distribución de la Eucaristía, así como aquellos encargados de llevar al Señor sacramentado a los enfermos, cada semana, sea en una casa o un hospital, “algo que muchos desconocen”, aseguró.

El prelado recordó que “lo primero es el enfermo”, al tiempo en que pidió tener “discreción” al cumplir el servicio, “un ministerio extraordinario, que se nos da temporalmente, no para apropiárselo para siempre sino temporalmente”.

Por tal motivo es que habló del “momento espiritual” en la visita a los enfermos, "para eso me tengo que preparar, pero no solo con un curso, sino con una interioridad, que tiene que parecer a Jesús”. El pastor pidió “buscar crecer en un talante interior o espiritual que nos da la oración, nos lo da el discernimiento”, ya que el servicio “implica parecerse a Jesús, no eternamente, pero algún rasgo del Señor que se me vaya pegando”.

Monseñor Lugones se refirió también a un “descenso” para cumplir tal ministerio, como la vida de Jesús, para “hacerse cargo del descenso del otro en la enfermedad, lo cual implica empatía, y eso no es magia, no lo da un retiro o un curso, es vivencia, mi vida con Jesús y para Jesús”.

En tanto, se refirió a examinar “mi vulnerabilidad”, la que “nos ayuda a acercarnos a la cruz, a la cama del enfermo con otra actitud; no soy ´la ministra’, soy el servidor o la servidora que se pone en lugar de Jesús, del sanador herido”.

En las jornadas previas, dirigidas por el presbítero Alejandro Silva, delegado diocesano de la Comisión de Liturgia, los participantes tuvieron la presentación del manual propio del servicio, datos de la liturgia y pastoral de la visita a los enfermos, una celebración de la Palabra y de exequias, conocieron los ministerios laicales que la diócesis ofrece mediante una escuela de formación y rezaron con cantos eucarísticos para aplicar en el servicio, guiados por miembros del coro diocesano.+