Viernes 22 de noviembre de 2024

La música en la Misa debe ser santa, bella y universal

  • 8 de febrero, 2019
  • Portland (Estados Unidos)
El arzobispo de Portland, Oregón, Estados Unidos, Mons. Alexander Sample, publicó una Carta Pastoral sobre la música sacra en el culto divino titulada "Canta al Señor un Canto Nuevo", en la que recuerda unos principios que son universales y perdurables.
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El arzobispo de Portland, Oregón, Estados Unidos, monseñor Alexander King Sample, publicó una Carta Pastoral sobre la música sacra en el culto divino titulada "Canta al Señor un Canto Nuevo", en la que recuerda unos principios ya expuestos en una carta pastoral escrita cuando era obispo de Marquette, que son "universales y perdurables y son tan válidos hoy como lo fueron entonces".

"En cualquier discusión sobre el ars celebrandi (el arte de celebrar) en relación con la Santa Misa, tal vez nada sea más importante o tenga un mayor impacto que el lugar de la música sacra", afirmó el arzobispo. "La belleza, la dignidad y la oración de la misa dependen en gran medida de la música que acompaña a la acción litúrgica. La Santa Misa debe ser verdaderamente hermosa, lo mejor que podamos ofrecerle a Dios, reflejando su propia y perfecta belleza y bondad".

El prelado advirtió sobre la necesidad de explicar la naturaleza, propósito y dignidad de la música sacra: "Esta es una discusión importante para tener, ya que muy a menudo la música seleccionada para la misa se reduce a una cuestión de ´gusto´ subjetivo, es decir, qué estilo de música atrae a esta o a aquella persona o grupo, como si no hubiera principios objetivos a seguir". La música sacra "no es simplemente un apéndice para la adoración, es decir, algo externo agregado a la forma y estructura de la Misa. Más bien, la música sagrada es un elemento esencial de la adoración en sí misma. Es una forma de arte que toma su vida y propósito de la Sagrada Liturgia y es parte de su propia estructura".

Por este motivo, la música no "acompaña" la celebración, sino que ayuda a cantar y orar los textos sagrados de la Liturgia. "La Iglesia nos enseña solemnemente que el propósito mismo de la música sacra es doble: la gloria de Dios y la santificación de los fieles. Esta comprensión de la naturaleza esencial y el propósito de la música sacra debe dirigir e informar todo lo que se diga al respecto. Esta naturaleza y propósito esenciales también tendrán importantes y serias implicaciones con respecto a su lugar apropiado dentro de nuestra adoración divina".

La música sacra debe tener las cualidades de santidad, belleza y universalidad característicos de la Liturgia.

"La música sagrada debe ser santa y, por lo tanto, debe excluir toda profanidad no sólo en sí misma, sino en la forma en que es presentada por quienes la ejecutan", afirmó el Concilio Vaticano II, citado por el prelado.

"Todo lo relacionado con la Misa debe ser bello, reflejando la belleza infinita y la bondad del Dios que adoramos, esto se aplica de manera especial a la música que forma parte esencial e integral de nuestra adoración divina".

Sobre la tercera característica, la universalidad, explicó que "significa que cualquier composición de música sacra, incluso una que refleje la cultura única de una región en particular, debería fácilmente ser reconocible como algo sagrado. La calidad de la santidad, en otras palabras, es un principio universal que trasciende la cultura".




El arzobispo recordó que el canto gregoriano constituye la principal forma de música sacra, seguido por el canto polifónico. Sobre la música secular, indicó que "la idea de que solo la letra determina si una canción es sagrada o secular, mientras que la música está exenta de cualquier criterio litúrgico y puede ser de cualquier estilo", fue calificada como una "idea errónea" que "no está respaldada por las normas de la Iglesia".

Monseñor Sample emitió una serie de directivas sobre el ministerio de la música sacra en su arquidiócesis, que incluye la presencia de músicos y directores musicales competentes en las parroquias, la ubicación de los músicos y coros fuera del presbiterio, el uso del órgano para acompañar la música sacra y la preferencia de que al menos una Eucaristía dominical sea adecuadamente cantada. Instrumentos como las guitarras eléctricas y baterías de percusión fueron descritas como no apropiadas para la celebración eucarística.

"Que la renovación y reforma de la música sacra en la arquidiócesis de Portland nos lleve a una celebración hermosa y digna de los sagrados misterios de la Santa Misa, para la gloria de Dios y la santificación de todos los fieles", expresó el arzobispo, quien encomendó esta intención a la Santísima Virgen María y a Santa Cecilia, patrona de los músicos.+