Viernes 26 de abril de 2024

La imagen de la Virgen del Valle regresó a su primera casa

  • 17 de abril, 2023
  • San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
"Aquí nos tienes, donde tú te comenzaste a manifestar a tus hijos y donde -después de tanto tiempo- vuelves en tu sagrada imagen", dijo el obispo Luis Urbanc. Gratitud por las obras en la Gruta.
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Una gran fiesta de la fe mariana se vivió en la tarde del sábado 15 de abril, con la bajada de la imagen de Nuestra Señora del Valle desde el camarín hasta el presbiterio de la catedral basílica y santuario en honor de la Virgen Morena, marcando el inicio del septenario de las fiestas marianas en la diócesis de Catamarca.

El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, presidió el momento acompañado por el obispo de Concepción, monseñor José Antonio Díaz, y el obispo de Cafayate, Darío Rubén Quintana OAR, junto con sacerdotes del clero catamarqueño y otros peregrinos.

Una gran cantidad de fieles y devotos desbordó el templo para participar de esta tradicional ceremonia. Con unción, rezaron los misterios del Rosario y luego acompañaron a la Madre, llevada en brazos por monseñor Quintana, hasta la urna ubicada en el Paseo de la Fe.

En un clima festivo y de mucha emoción, la imagen mariana emprendió su regreso en caravana hasta su primera casa: la Gruta de Choya, hoy totalmente remozada, como ofrenda por los 400 años de su presencia en este rincón del Noroeste Argentino.

A lo largo del recorrido de unos siete kilómetros, la imagen de la Virgen del Valle fue saludada mientras avanzaba hasta el lugar del hallazgo, donde la esperaba una gran cantidad de devotos y peregrinos.

Allí, en medio del paisaje montañoso donde la Virgen quiso quedarse, se celebró la misa de reapertura de este espacio de oración y encuentro, que fue presidida por monseñor Urbanc y concelebra por los obispos Díaz y Quintana, junto con sacerdotes del clero catamarqueño, entre ellos el vicario general, presbítero Julio Murúa; el rector de la catedral basílica y santuario mariano, presbítero Gustavo Flores; el responsable de la Animación Pastoral de la Gruta, presbítero Santiago Granillo; y otros sacerdotes visitantes, que llegaron para honrar a la patrona del Noroeste Argentino. En esa Eucaristía, le rindieron su homenaje también los medios de comunicación social.

Participaron además de la celebración litúrgica el gobernador, licenciado Raúl Jalil; el vicegobernador, ingeniero Rubén Dusso; y el intendente de la capital provincial, doctor Gustavo Saadi, entre otras autoridades.

En su homilía, Mons. Urbanc destacó que “es la primera vez que iniciamos el septenario -con el que conmemoramos la coronación pontificia de la sagrada imagen- en este solar, donde se comenzó a manifestar con gracias especiales la Madre de Dios a sus hijos en este Valle. Y para todos resulta ser muy novedoso e impactante, pues ha cambiado sustancialmente todo lo que rodea la oquedad que cobija la imagen cuatro veces centenaria de nuestra querida Morena del Valle”.

Acerca del flamante Paseo Cultural y Religioso "Virgen de Valle", dijo que “hoy estamos agradecidos a la Providencia Divina que los trabajos de remodelación, pero sobre todo de profundas mejoras, han llegado a término, posibilitándonos volver a este entrañable paraje para honrar a nuestra Madre y confiarle todos los secretos y deseos de nuestros corazones. Todo se ha realizado para que sea un ámbito de oración, encuentro, meditación, penitencia, santificación, celebración, silencio y gracia. ¡Cuidémoslo entre todos para que así sea por siempre!”.

Más adelante, afirmó que “éste es y será un lugar apropiado para los rezos, los agradecimientos y las súplicas a Dios nuestro Señor por medio de la intercesión de la Virgen del Valle, en el contacto con la naturaleza y el silencio que lo circunda”.

Hacia el final, invitó a rogarle "a la Virgen Santa que nos ayude a perseverar y crecer en nuestros compromisos bautismales y en el ardor misionero, llevando a todos los ambientes la luz del Evangelio, con un verdadero estilo sinodal de ser la Iglesia de Jesús Resucitado”.

Dirigiéndose a la Madre del Valle, expresó: “Aquí nos tienes, donde tú te comenzaste a manifestar a tus hijos y donde, después de tanto tiempo, vuelves en tu sagrada imagen. Consigue de parte de tu Hijo amado que, de ahora en más, lluevan gracias y bendiciones sobre los que vengan a este rinconcito de cielo en la tierra, a suplicar misericordia, conversión, salud física y espiritual, trabajo, unión, justicia y paz”.

Al finalizar la celebración eucarística, en la fría noche otoñal, entre vivas y gestos de devoción, la Madre Morena regresó a la catedral basílica y santuario mariano, desde donde presidirá el septenario memorando los 132 años de su declaración como Reina y Señora de este Valle.

La Madre del Valle luce su nuevo manto
Durante la noche del viernes 14 de abril, se llevó a cabo el tradicional cambio de manto de la imagen de la Virgen del Valle. La sencilla ceremonia tuvo lugar en el camarín y fue presidida por el presbítero Ramón Carabajal, capellán de la catedral basílica y santuario mariano, con la participación del Coro de la Catedral, que solemnizó ese momento especial matizándolo con cantos y oraciones.

En la prenda está representada la Gruta de Choya, “el lugar donde Nuestra Madre manifiesta su amor maternal desde hace más de 400 años. Ella busca a cada uno de sus hijos para cobijarlos y formarlos. En este tiempo de Iglesia Sinodal nos invita: ‘Acercándonos al Señor, la piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida por Dios, también ustedes son piedras vivas, entran en la construcción del templo del Espíritu formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo”, indica la inscripción. 

La corona forma parte del diseño, ya que este 12 de abril se cumplieron 132 años de la Coronación Pontificia de la sagrada imagen de la Madre y Reina de los catamarqueños.

También se observa la inscripción con la palabra en latín Adsum, que significa “¡Aquí estoy!”. “Las flores sobre el ‘Adsum’ representan las niñas de los pueblos originarios que llevaban  flores y los niños de hoy, que están unidos a Jesús y María, con su amor, alegría y dolores de cada día”, se refiere.

“En ambos laterales lleva espigas y uvas, que hacen referencia a la Eucaristía, que contiene todo el bien espiritual de la Iglesia. Cristo nuestra Pascua y Pan de Vida. ‘El que come mi Carne y bebe mi Sangre tiene vida eterna’, Jn. 6,54. ‘Yo soy la Vid verdadera y mi Padre el viñador, permanezcan unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes’. Ningún sarmiento puede producir frutos por sí mismo, sin estar unido a la vid. Unidos a Jesús daremos fruto en abundancia. Seamos el vino nuevo de la Alianza Nueva y Eterna”, prosigue el detalle.

Las estrellas representan a “la Santísima Trinidad, que ha querido en María Santísima unir el Cielo y la Tierra. Además, las 4 estrellas nos dicen que desde los 4 puntos cardinales llegan hijos y peregrinos a honrar a Nuestra Madre”.

La flor de lis simboliza la pureza, se remonta al latín lilium, lirio, y está presente en el escudo de Nuestra Madre del Valle.

El manto fue confeccionado en raso adquirido en España, con figuras bordadas en hilo de oro, galones, strass, y se colocaron joyas de oro y piedras semipreciosas donadas por devotos hijos de la Virgen.

En el vestido, el diseño central es “Jesús Crucificado que nos da a María como Madre, Ella está asociada a la obra de la Redención, es corredentora. María dio su consentimiento libre: ‘He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu Palabra’”.

“María al pie de la Cruz recibe el encargo de su Hijo: ‘Mujer he aquí a tu hijo, hijo he aquí a tu Madre. Y desde ese momento el discípulo la recibió en su casa’. Ha llegado la hora de Jesús, el Siervo sufriente, y de su Madre, acompañada del discípulo amado. En Juan podemos ver a los verdaderos creyentes, y en la Madre a la Iglesia, que nace del costado abierto de Cristo en la Cruz. En cada uno de nuestros corazones y familias, María quiere vivir. Todos estamos llamados a ser discípulos y apóstoles para anunciar a Cristo entre nosotros y vivir el amor maternal de María”.

“Muestra a la Madre de Jesús, que lo acompaña en la muerte. Está con Él en la Cruz en representación de la creación entera. María, con el cáliz en sus manos, recibe la Sangre de su Hijo derramada por nuestra salvación. Ella es madre y modelo de las mujeres”.

El vestido está realizado con raso natural, género de industria nacional, y el diseño de la Cruz de la unidad está bordado a mano.

“Damos gracias a Dios y a María Santísima por ser luz, guía y amparo y poder servirla con amor”.

El manto y vestido fueron confeccionados por Gloria Eladia del Valle Cano, Gabriela de los Ángeles y Lucía Soledad Aranda, servidoras de María.+

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