Sábado 20 de abril de 2024

La Iglesia en América Latina agradece el profundo legado de Benedicto XVI

  • 2 de enero, 2023
  • Bogotá (Celam) (AICA)
Los obispos latinoamericano y caribeños agradecen a Dios por la vida del papa emérito y destacan su "fecundo legado teológico y pastoral como su entrega fiel y constante a la Iglesia".
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El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y los episcopados de América Latina y el Caribe expresaron sus condolencias y rindieron agradecido homenaje al papa emérito Benedicto XVI, fallecido el sábado a los 95 años. 

El presidente del Celam monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, expresó a través de un mensaje sus “sentidas condolencias al Santo Padre Francisco y a todos nuestros hermanos y hermanas que permanecieron al lado del papa emérito, acompañándolo hasta el final en su testimonio de amor a la Iglesia”.

“Ante la Pascua del Papa Benedicto XVI damos gracias a Dios por su vida y su fecundo legado teológico y pastoral, muy bien expresado en su lema episcopal: ‘colaborador de la verdad’”, subrayó el Celam, refiriéndose a sus tres cartas encíclicas (Deus caritas est, Spe salvi y Caritas in veritate), pero también a sus mensajes, homilías, discursos, cartas, exhortaciones apostólicas, que “constituye un significativo aporte a la Doctrina Social de la Iglesia y seguirá inspirando el caminar de la Iglesia latinoamericana y caribeña”.

En su mensaje, el Celam recordó de modo especial, las orientaciones pastorales del papa Benedicto XVI al inicio de la Conferencia de Aparecida, en mayo de 2007, cuando “nos animó a reflexionar sobre los retos de la fe cristiana en nuestro continente y a ayudar a los fieles cristianos a vivir su fe con alegría y coherencia, a tomar conciencia de ser discípulos y misioneros de Cristo, enviados por él al mundo para anunciar y dar testimonio de nuestra fe y amor”.

El papa Benedicto XVI fue uno de los grandes inspiradores de Aparecida y de la ‘Misión Continental’ al proponer el tema de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño: ‘Discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en él tengan vida’. Este tema –afirma el texto del mensaje- “nos sigue motivando en nuestra misión evangelizadora, con la certeza de que la Iglesia tiene la gran tarea de custodiar y alimentar la fe del Pueblo de Dios”.

En su último viaje a América Latina y el Caribe, cuando visitó México y Cuba en marzo de 2012 el papa Benedicto XVI se reunió con los obispos del continente y les manifestó que “la Iglesia en América Latina, que muchas veces se ha unido a Jesucristo en su pasión, ha de seguir siendo semilla de esperanza, que permita ver a todos cómo los frutos de la resurrección alcanzan y enriquecen estas tierras”.

De ahí que los obispos latinoamericanos, al recordar las palabras de Benedicto XVI, no olvide la importancia de “ser vigías que proclamen día y noche la gloria de Dios, que es la vida del hombre”, y de estar “del lado de quienes son marginados por la fuerza, el poder o una riqueza que ignora a quienes carecen de casi todo”, porque “la Iglesia no puede separar la alabanza de Dios del servicio a los hombres”.

Al final de su mensaje, el Celam se une en oración con el Papa Francisco y la Iglesia universal para que “nuestro hermano Benedicto XVI goce de la presencia de Dios”, implorando a la Virgen María, bajo las advocaciones de Guadalupe y Aparecida, “que nos consuele y nos ayude a ser testigos de la fe, la caridad y la esperanza”.

Legado espiritual y teológico
Los obispos de México presentaron sus condolencias ante la partida de Benedicto XVI. En un comunicado, suscrito por monseñor Rogelio Cabrera, arzobispo de Monterrey y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano; y de monseñor Ramón Castro, obispo de Cuernavaca y secretario general del episcopado, expresaron su pesar “ante la triste noticia del tránsito de nuestro amado papa emérito Benedicto XVI”.

“Esta noticia -señalan- suscitó una profunda conmoción a toda la Iglesia por el grato recuerdo y legado que ha dejado en su pontificado como servidor fiel, especialmente en los últimos años, que bajo la humilde presencia de oración contemplativa del Misterio, ha dado fortaleza al papa Francisco”.

Los prelados invitan a retomar la riqueza espiritual y reflexión teológica del Papa emérito para “transformar en fuente de paz y alegría ante las pruebas y los sufrimientos que inevitablemente forman parte de nuestro peregrinaje terrenal”.

En tanto monseñor José Manuel Garita, obispo de Ciudad Quesada y presidente del Episcopado de Costa Rica, junto con monseñor Daniel Blanco, obispo auxiliar de San José y secretario general del Episcopado, recordaron sus primera palabras como Papa: “Un humilde servidor en la viña del Señor” y manifestaron que “nos impactó hasta el día de su renuncia, manifestada el 11 de febrero de 2013. Nos llena de profunda gratitud en el Señor por su entrega fiel y constante a la Iglesia de Jesucristo”.

Los prelados de Costa Rica destacaron “su primera encíclica, Deus caritas est (Dios es amor), con la que “nos revelaba la convicción del ser creyentes, cuando nos dijo entonces: ‘No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida’”.

Gran colaborador de la fe
Por su parte los obispos de Centroamérica presentaron mensajes de cercanía, solidaridad y agradecimiento por “el gran colaborador de la fe y quien en Aparecida (2007) invitó al Pueblo de Dios a custodiar la fe y a tener opción preferencial por los descartados”.

Los obispos de El Salvador, abanderados por monseñor José Luis Escobar, arzobispo de San Salvador y presidente del Episcopado, “en unidad con el clero” compartieron su sentimiento de dolor y agradecimiento “por la vida y el legado de un pontífice que nos ayudó a permanecer arraigados en la fe”.

“No podemos sino dar gracias a Dios por un Papa que nos edificó siempre con su ejemplo de libertad, humildad, su amor a la verdad y gran confianza en Dios”, señalaron.

Los prelados pidieron a los párrocos encomendarlo al Señor en todas las Eucaristías que celebren “estos días que estará en capilla ardiente y después de sus funerales” y pidieron a los files de las comunidades parroquiales y de los movimientos apostólicos a rezar el Santo Rosario por su eterno descanso.

Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, arzobispo de Ciudad de Guatemala y presidente del Episcopado, junto con el secretario general, monseñor Antonio Calderón, obispo de San Francisco de Asís, pidieron a los fieles “elevar sus oraciones” por el eterno descanso de Benedicto XVI y destacaron que fue “un maestro de la fe, promotor de la unidad de los cristianos y la libertad religiosa”, por ende, “él goce ya de la luz eterna con cuyo resplandor iluminó sus muchas e imperecederas  enseñanzas magisteriales”.

En tanto los obispos de Honduras también suman sus plegarias por el eterno descanso del papa emérito, quien “nació a la plenitud de Vida en Cristo, iniciada el día de su bautismo”, por ende, “tuvo, como él decía, su encuentro con el justo juez”.

En el mensaje suscrito por el presidente del Episcopado de Honduras, monseñor Roberto Camilleri, obispo de Comayagua, destacaron que su vida fue “testimonio de una fe firme e inquebrantable” como “simple y humilde trabajador en la viña del Señor”.

En una breve nota de duelo, monseñor Carlos Enrique Herrera, obispo de Jinotega y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, expreso el pesar de los prelados en este país y “elevamos plegarias” para que Dios lo reciba en su Reino e instan a todo el pueblo de Dios: sacerdotes, consagrados y laicos a unirse en oración por el eterno descanso del papa emérito.

Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Chile honran la memoria de Benedicto XVI
Monseñor Rafael Valdivieso, titular de Chité y presidente de la Conferencia Episcopal de Panamá, en nombre de sus hermanos obispos, eleva sus oraciones por el eterno descanso del papa emérito Benedicto XVI.

Los prelados solicitaron que en todas las parroquias del país a partir de hoy hasta el día del funeral en las misas se incluyan en las intenciones la siguiente oración: “Por nuestro papa emérito Benedicto, para que el Dios de la Vida, lo reciba en su Casa Eterna, en mérito a su amor, fidelidad, humildad y valentía en el servicio a la Iglesia de Jesucristo”.

Monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia de Obispos de Colombia, dijo que el Papa emérito fue “un humilde trabajador de la viña del Señor” que “regresó a la Casa del Padre”. Por eso, “la Iglesia católica que ora y trabaja en Colombia, en comunión con el papa Francisco, eleva una plegaria de gratitud por la vida y misión de Benedicto XVI, el Papa sabio y humilde”.

“Estamos convencidos de que su luz brillará por mucho tiempo, su profundidad teológica, su libertad interior, su búsqueda permanente de la verdad en la persona del Hijo de Dios, su coherencia de vida, son para nosotros un legado evangelizador que nos anima a amar y a servir, guiados siempre por el Espíritu Santo”, acotó.

Los obispos venezolanos, a través de su presidente monseñor Jesús González de Zárate, arzobispo de Cumaná, señalaron que en nombre de toda la Iglesia que peregrina en este país hacen llegar al papa Francisco “nuestra expresión de comunión y solidaridad en este momento de duelo eclesial”.

“El papa Benedicto XVI nos deja el ejemplo de una larga vida dedicada al servicio de Dios y de la Iglesia. Como cristiano, sacerdote, profesor universitario, asesor teológico en el Concilio Vaticano II, arzobispo de Munich y Freising, en Alemania, cardenal, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe y Papa”, agregaron.

“¡Ha resucitado!”. Con esta expresión los obispos de Ecuador iniciaron su mensaje de condolencias y destacaon que “nuestra fe nos dice que la vida de los que creemos en el Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo”. Aseguraron: “Nos consolamos con la esperanza cierta que el Amor de Dios derramado en su corazón ha vencido la muerte y ahora goza de la visión beatífica de Nuestro Señor Jesucristo, la única razón de su vida, de su reflexión teológica y de su ministerio petrino”. Además, agradecieron por “el don de su vida, de su fe, de su vocación sacerdotal y de su ministerio profético y pastoral dedicado a meditar, contemplar y comunicar la verdad revelada del Verbo de Dios que se hizo carne y habitó entre nosotros”.

Invitan a los fieles de este país a elevar sus oraciones por el eterno descanso y recordaron que “la palabra que sintetiza, narra y resuena en el pontificado de su Santidad Benedicto XVI es Eucaristía entendida como la buena acción de gracias”.

Los obispos del Perú lamentaron el deceso y elevan sus oraciones por el descanso eterno del papa emérito. Para ello, recordaron la visita que hiciera a ese país, en 1986, cuando era cardenal y Prefecto de la Sagrada Congregación de la Doctrina de la fe. En ese entonces, fue invitado por el cardenal Juan Landázuri Ricketts, arzobispo de Lima y primado de Perú. En esa visitita recibió un doctorado honoris causa por “la Pontificia Universidad Católica del Perú, el único en América Latina y uno de los siete que recibió durante su vida”. El Episcopado peruano recuerda que al finalizar esta gira, declaró a la prensa: “Estoy muy contento, porque he tenido la oportunidad de encontrarme con el pueblo peruano, de apreciar la cultura de este país”

Por último, los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile emitieron un mensaje en el que recordaron cuando en 2013 reconocía no tener fuerzas para continuar con el ministerio de Pedro, y aseguraba servir a la Iglesia con una vida dedicada a la plegaria. “Y así lo hizo, pues desde entonces el papa emérito estuvo en silencio sosteniendo a la Iglesia”, señaló el Comité Permanente chileno.

Expresaron también que “El dolor por la partida de este padre y pastor, nos conmueve a todos”. Pero los anima la esperanza y gratitud al Señor por la vida y magisterio del papa emérito, con la convicción que “Dios es amor”, como el mismo recordó en su primera carta encíclica. Para los obispos chilenos, sus escritos y profundidad intelectual lo sitúan además como uno de los grandes teólogos de la Iglesia, con un destacado aporte en el Concilio Vaticano II.

Asimismo, mencionaron cuando en su juventud, Benedicto, con una gran visión, escribió que la Iglesia se haría más pequeña, humilde y auténtica en búsqueda de lo esencial, “una realidad que hoy buscamos vivir con la certeza de que es la centralidad de Jesucristo la que debe guiar nuestros pasos”, enfatizaron los prelados.

Finalmente, los obispos de Chile agradecieron “al Dios de la vida por el paso entre nosotros de su hijo Joseph Ratzinger, que por intercesión del Espíritu Santo llegó a ser Pastor universal de la Iglesia”. Aseguraron que acompañarán su velatorio a la distancia e invitaron a todo el Pueblo de Dios que peregrina en Chile y a las personas de buena voluntad a unirse en oración por Benedicto XVI, encomendando su alma a la Virgen María.+