Jueves 28 de marzo de 2024

La Humanae Vitae cumple 50 años

  • 25 de julio, 2018
  • Ciudad del Vaticano
El 25 de julio de 1968, el beato papa Pablo VI publicaba la encíclica "Humanae vitae", sobre las enseñanzas de la Iglesia acerca de la ilegitimidad de algunos métodos para la regulación de la natalidad. Un documento que sigue siendo actual a 50 años de su lanzamiento, como lo reconocieron los pontífices posteriores que destacaron el valor profético de las enseñanzas incluidas en el documento.
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El 25 de julio de 1968, el beato papa Pablo VI publicaba la encíclica "Humanae vitae", sobre las enseñanzas de la Iglesia acerca de la ilegitimidad de algunos métodos para la regulación de la natalidad. Un documento que sigue siendo actual a 50 años de su lanzamiento, como lo reconocieron los pontífices posteriores que destacaron el valor profético de las enseñanzas incluidas en el documento que condenó la anticoncepción artificial y predijo que su aplicación abriría el camino fácil a la infidelidad conyugal y a la disminución general de los nacimientos.

Asimismo señalaba en su capítulo 14: "En conformidad con los principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas".

El texto consta de tres capítulos y contiene una apelación final. Después de una introducción sobre el "grave deber de transmitir la vida humana", para el que "los cónyuges son colaboradores libres y responsables de Dios Creador", el pontífice desarrolló en el primer capítulo los "nuevos aspectos del problema y la competencia del ministerio petrino". Los otros dos capítulos son sobre "principios doctrinales" y "directivas pastorales".

El documento reitera la conexión inseparable entre el sentido unitivo y procreativo del acto conyugal; también declara la ilegitimidad de algunos métodos para la regulación del nacimiento (aborto, esterilización, anticoncepción) y aprueba aquellos basados "en el reconocimiento de la fertilidad".

Los 31 párrafos que componen el texto indican "las características del amor conyugal", de "paternidad responsable", el respeto por la "naturaleza y el propósito del acto matrimonial".

Luego, en el segundo capítulo, la atención se centra en "vías ilícitas para la regulación de la natalidad" y en "la legalidad de los medios terapéuticos" y "el recurso a los períodos infértiles".

En el tercer capítulo, una serie de apelaciones dirigidas a "autoridades públicas", "hombres de ciencia", "cónyuges cristianos", "médicos y trabajadores de la salud", "sacerdotes" y "obispos". Finalmente, el llamado a los "venerables hermanos, hijos amados, y a todos ustedes, hombres de buena voluntad", sobre el "gran trabajo de educación, progreso y amor al que todos estamos llamados".