Lunes 1 de julio de 2024

La diócesis de Chascomús peregrinó a la basílica de Luján

  • 16 de mayo, 2024
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
El obispo diocesano, Mons. Liébana, presidió la misa, durante la que reflexionó sobre la figura de María, maestra de oración y de evangelización, "que nos anima a estar juntos como familia de Dios".
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Los fieles de Chascomús peregrinaron, el sábado 11 de mayo, al santuario y basílica de Nuestra Señora de Luján. Allí, el obispo diocesano, monseñor Juan Ignacio Liébana, presidió la misa, que fue concelebrada por los sacerdotes de la diócesis del bonaerense.

En su homilía, el obispo expresó su alegría por estar en la casa de María: “Necesitamos, al menos una vez al año, venir a visitarla, venir a renovar esa alegría de ser hijos de Dios, todo lo que significa ser hijos, esa dignidad infinita que todos llevamos”.

Por eso, animó a dejarse transformar por los sentimientos de su hijo Jesús, “para que, cuando volvamos a nuestra vida cotidiana, podamos volver distintos, podamos nacer de nuevo como hombres y mujeres nuevos”.

En el marco de la peregrinación diocesana, expresó: “Qué hermoso es sabernos cuerpo de Cristo, ser esta Iglesia que quiere ser cada día más parecida a Jesús, y por eso venimos aquí, que es el mejor lugar para que sea María la que vaya haciendo de nosotros ese Cuerpo de Cristo, que nos vaya uniendo, que nos vaya entusiasmando, para que también nosotros podamos ser fieles a lo que Dios soñó para nosotros”.

Reflexionando sobre la presencia de María, planteó que la Virgen “estaba ahí para dar tranquilidad, para dar paz, para sostener la unidad” de los primeros cristianos. “María es la gran maestra de oración. En este año dedicado a la oración, le queremos pedir que nos enseñe a rezar”, planteó.

Además, indicó que “María es la que nos anima a estar juntos como familia de Dios, como familia diocesana, siendo distintos, pero teniendo en común este gran sueño de llevar el reino de Dios por todos los rincones de nuestra diócesis”.

También sostuvo que “María nos enseña a misionar, a evangelizar no solamente con la palabra, sino también con el testimonio”, y sugirió que las manos de la Virgen de Luján, unidas en oración, están levemente inclinadas hacia la izquierda, donde está el corazón. Por eso, invitó a ponerse en sus manos maternales, para que “haga de nuestras vidas una ofrenda a Dios”.

Por último, durante la consagración diocesana, la comunidad de fieles de Chascomús expresó a la Madre de Luján: “Tú eres nuestra y nosotros somos tuyos”.

Al finalizar, las comunidades chascomunenses compartieron un encuentro fraterno en el predio de los Hermanos Maristas.+