Francisco: La Iglesia es el pueblo de Dios que camina unido
- 1 de abril, 2025
- Roma (Italia) (AICA)
En un mensaje dirigido a los participantes en la Segunda Asamblea Sinodal de las Iglesias Italianas, Francisco recordó que la alegría cristiana nace de la certeza de que el Señor nunca nos abandona.

"La alegría cristiana nunca es excluyente, sino siempre inclusiva: es para todos". El Papa Francisco ofreció este recordatorio en un mensaje dirigido el martes a los más de mil participantes de la Segunda Asamblea Sinodal de las Iglesias en Italia, reunida en el Vaticano del 31 de marzo al 3 de abril.
Cuatro años de escucha y discernimiento
La sesión marca la fase "profética" final del Camino Sinodal de la Iglesia italiana lanzado en 2021 para redefinir su misión en Italia en un espíritu de responsabilidad compartida y discernimiento, reflejando la visión del Papa Francisco de una Iglesia sinodal.
El tema de la alegría estará en el centro de los debates en los que los obispos y delegados diocesanos de toda Italia votarán las ideas y propuestas surgidas durante estos cuatro años de escucha y discernimiento.
La alegría cristiana es confiar en Dios en cada situación de la vida
Reflexionando sobre el título de las propuestas "Para que la alegría sea plena", el mensaje recuerda que la verdadera alegría "no es mera felicidad, no nace de soluciones fáciles a los problemas, no evita la cruz, sino que brota de la certeza de que el Señor nunca nos abandona".
El Papa asegura que experimentó personalmente esta cercanía de Dios durante su hospitalización y ahora en este tiempo de recuperación.
"La alegría cristiana es confiar en Dios en cada situación de la vida -escribe el Santo Padre-. Se realiza en los momentos de la vida cotidiana y en el compartir: es una alegría de amplios horizontes, que acompaña una actitud acogedora".
Caminando juntos guiados por el Espíritu Santo
Mientras se preparan para votar las propuestas, cruciales para el futuro de las Iglesias en Italia, el pontífice invita a los participantes a dejarse guiar por la armonía creativa generada por el Espíritu Santo, recordándoles que la Iglesia no está formada por mayorías ni minorías, sino por el santo Pueblo fiel de Dios, que camina en la historia iluminado por la Palabra y el Espíritu.+