Sábado 27 de abril de 2024

Francisco: Contemplemos el rostro de Jesús en la Cruz y el resplandeciente de la Resurrección

  • 13 de marzo, 2017
  • Roma (Italia) (AICA)
El papa Francisco visitó este domingo 12 de marzo, la parroquia Santa Magdalena de Canossa, en el barrio Octavia de Roma. El pontífice se encontró con la comunidad parroquial, dialogó con los niños y jóvenes, rezó junto a los enfermos y ancianos, y presidió la celebración Eucarística. En una improvisada homilía Francisco exhortó a los fieles a contemplar la cruz de Cristo: "Cuánto amor, cuánto amor, -dijo el Santo Padre- y también pensemos en la belleza del rostro transfigurado de Jesús que encontraremos en la Resurrección y en el cielo".
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El papa Francisco visitó este domingo 12 de marzo, la parroquia Santa Magdalena de Canossa, en el barrio Octavia de Roma. El pontífice se encontró con la comunidad parroquial, dialogó con los niños y jóvenes, rezó junto a los enfermos y ancianos, y presidió la celebración Eucarística. En una improvisada homilía Francisco exhortó a los fieles a contemplar la cruz de Cristo: "Cuánto amor, cuánto amor, -dijo el Santo Padre- y también pensemos en la belleza del rostro transfigurado de Jesús que encontraremos en la Resurrección y en el cielo".

Francisco fue recibido entre cantos y aclamaciones, en el Campo deportivo de la parroquia. Se reunió con los jóvenes y niños de la comunidad y contestó sus preguntas. El Papa agradeció el trabajo de los catequistas y saludó a los padres de los niños bautizados en el último año: "Les gradezco mucho por estar aquí. ¡Muchas gracias! Les pido que recen por mí, lo necesito, y yo rezaré por ustedes, para que estos niños crezcan bien y sean personas de bien. Gracias por dar la vida: ¡esto es grande! ¡Nos asemeja tanto a Dios, dar la vida, es esto lo que Él nos da!", les dijo el pontífice.

Seguidamente Francisco mantuvo un conmovedor encuentro con los ancianos y enfermos de la parroquia, a quienes abrazó y animó a llevar su enfermedad y a donarla como una semilla de vida para los demás. También tuvo ocasión de saludar a los colaboradores de la pastoral y confesar a algunos fieles.

A continuación el Obispo de Roma presidió la Eucaristía y reflexionó sobre el pasaje evangélico de la Transfiguración del Señor que indicaba la liturgia de este II domingo de Cuaresma.

Francisco señaló que Jesús se transfiguró dos veces. La primera en la Montaña Santa y la segunda después de su resurrección, con "el mismo rostro luminoso, brillante".

Pero, explicó el Papa, "entre esta transfiguración, muy bella, y la de la resurrección, existirá otro rostro de Jesús: existirá un rostro no tan bello; existirá un rostro feo, desfigurado, torturado, despreciado, ensangrentado por la corona de espinas".

Debemos mirar la cruz, precisó el Papa, ahí está Jesús-Dios, el "Hijo amado", el Hijo de Dios. "Él se anonadó para salvarnos. Y podemos usar una palabra muy fuerte, muy fuerte, tal vez una de las palabras más fuertes del Nuevo Testamento, una palabra que usa San Pablo: se hizo pecado, se abajó hasta ahí. Y para preparar a los discípulos a no escandalizarse de verlo así, en la cruz, hizo esta transfiguración".

Nosotros, precisó el Pontífice, estamos acostumbrados a hablar del pecado cuando nos confesamos; pero también, nosotros estamos acostumbrados a hablar de los pecados de los demás. Es una cosa fea, dijo el Papa, en cambio, deberíamos mirar nuestros pecados y ver a Jesús, que se hizo pecado por nosotros. "Este es el camino hacia la Pascua, hacia la Resurrección: con la seguridad de esta transfiguración ir adelante; ver este rostro resplandeciente, muy bello que será el mismo en la Resurrección y el mismo que encontraremos en el Cielo, y también ver este otro rostro, que se hizo pecado, pagó así, por todos nosotros".

Pensemos en esto, alentó el papa Francisco, "y que esta contemplación de los dos rostros de Jesús ?el transfigurado y el hecho pecado, hecho maldición ?nos anime a seguir adelante en el camino de la vida cristiana. Nos anime a pedir perdón por nuestros pecados y a no pecar tanto. Nos anime sobre todo a tener confianza, porque si Él se ha hecho pecado es porque ha tomado nuestros pecados. Y Él está dispuesto siempre a perdonarnos. Sólo debemos pedirlo".

Al término de la Misa, el Santo Padre recibió las palabras de agradecimiento del párroco local y después regresó al Vaticano.+