La parroquia San Enrique suma a Santa Cunegunda en su denominación

Fue por resolución del arzobispo de Buenos Aires tras un pedido del párroco y la comunidad. Mons. Marino presidió la fiesta patronal. Durante la celebración, se veneraron las reliquias del santo.

La parroquia San Enrique y Santa Cunegunda, del barrio porteño de Liniers, celebró este domingo sus fiestas patronales con una solemne misa presidida por el obispo emérito de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, en la que se veneraron las reliquias del santo enviadas desde Bamberg, Alemania.

Desde el 13 de julio, por disposición del arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, el templo se denomina San Enrique y Santa Cunegunda. 

El cambio de denominación fue dispuesto por el arzobispo porteño tras oír el pedido del párroco de San Enrique, presbítero Esteban Sacchi, en nombre de la comunidad parroquial, para agregar como patrona secundaria a Santa Cunegunda de Luxemburgo, esposa del santo emperador.

La celebración eucarística fue acompañada por el coro de niños y adultos de la parroquia, que entonó por primera vez el Himno a San Enrique compuesto por Magdalena Vaccarezza con acompañamiento de órgano y trompeta.

En ese marco también se entregó de reconocimiento a los laicos de la parroquia con más de 30 años de servicio y se realizó el acto formal de descubrimiento y bendición del nombre de la parroquia San Enrique con el añadido de Santa Cunegunda, su esposa.

En la homilía, monseñor Marino hizo hincapié en las vidas de los santos como modelos de laicos comprometidos en su fe y con formación cristina profunda. También como gobernantes responsables y cercanos a su pueblo y matrimonio fiel a los valores.

"Pidamos cumplir siempre el compromiso adquirido el día en que recibimos el sacramento de nuestra Confirmación. Con las palabras rituales nos hemos comprometido a 'ser testigos valientes de Jesús en todas partes, aunque tengamos que sufrir por eso desprecio y persecución'", concluyó.

Santos con historia
Al morir Enrique mil años atrás, sin dejar descendencia, su fiel esposa Cunegunda asumió la regencia del Sacro Imperio Romano Germánico, tomando parte activa en el nombramiento de Conrado como sucesor del emperador. Al año siguiente, se retiró al monasterio de Kaufungen, fundado por ella, donde no quiso ser tratada con los privilegios de su rango y siguió realizando obras de caridad.

Fue amada por su pueblo, y ya en vida se le atribuyen varios milagros. Murió en el monasterio el 3 de marzo de 1033, siendo enterrada más tarde en la catedral de Bamberg, junto a su esposo.

Enrique fue canonizado por el papa Eugenio III el 4 de marzo de 1146, Cunegunda el 29 de marzo de 1200 por el papa Inocencio III. Su fiesta se celebra el 3 de marzo.

"Pidamos a nuestros santos patronos para que nuestra vida, como la de ellos, sea un camino constante de conversión, crecimiento espiritual y entrega. Cada uno de nosotros también estamos llamados a ser santos, dando testimonio de fe y obras en lo cotidiano", expresa un comunicado de la parroquia en conmemoración del milenio del fallecimiento de san Enrique.+

-> Texto completo de la homilía