Sábado 20 de abril de 2024

En el tedeum, Mons. Braida llamó a fortalecer la unidad y trabajar por el bien común

  • 26 de mayo, 2022
  • La Rioja (AICA)
El obispo de La Rioja lo presidió este 25 de mayo en la catedral San Nicolás de Bari, donde exhortó a trabajar por una unidad que sea una "complementación provechosa para el bien del pueblo".
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Con la celebración del tedeum, la comunidad diocesana de La Rioja conmemoró este 25 de mayo un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.

La oración tuvo lugar en la catedral San Nicolás de Bari y estuvo presidida por el obispo, monseñor Dante Braida. Participaron los diferentes establecimientos escolares, además de autoridades provinciales y municipales, miembros de la fuerza policial, y del centro de Veteranos de Guerra “Sentimiento Argentino”, entre otras instituciones.

En sus palabras, el obispo dio gracias por la vida del pueblo riojano y argentino, y por los protagonistas de aquella gesta que comenzó a constituirnos como una nación libre y soberana.

Refiriéndose al Evangelio, citó a Jesús en las palabras que dice a sus amigos: “Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste”.

En ese sentido, señaló que la unidad de sus seguidores “es esencial para la transmisión de la fe, unidad que es reflejo de la unidad que hay en Dios. Unidad que, para los creyentes, es una gracia de Dios y una tarea de todos, que requiere una colaboración de todos”.

“Cuando en una comunidad cristiana cada uno de sus integrantes es reconocido con su propio talento y es integrado con su propia misión todo el cuerpo unido se beneficia y se camina hacia adelante buscando llegar a todos con la tarea evangelizadora, para que el amor y la presencia de Dios llegue de un modo concreto a los demás y sobre todo a quién está más necesitado”, aseguró el obispo.

Sin embargo, admitió, “en las comunidades eclesiales también hay problemas, muchas veces divisiones y enfrentamientos, por lo tanto la unidad hay que pedirla y trabajarla todo el tiempo”.

Al mismo tiempo, alentó a “pedir y trabajar la unidad con otras religiones cristianas y promover el diálogo interreligioso con religiones no cristianas. Esta tarea también es todo un desafío y un trabajo artesanal para superar prejuicios, diferencias y años de distanciamiento”, aseguró. 

“Esta unidad querida por Dios también es un desafío para la construcción de una sociedad. Unidad que nunca es uniformidad, pensar y sentir todos de igual modo. Sino que es buscar articular e integrar la vida y los talentos de cada persona, integrar y articular la vida y misión propia de cada institución. Al Papa le gusta usar la figura del poliedro, que tiene muchas caras y planos pero todos están unidos para formar un solo cuerpo”, rescató.

En ese marco, llamó a “fortalecer los elementos comunes que nos unen, que hacen a nuestra propia cultura, mirando y comprendiendo las diferencias no para que ellas nos enfrenten sino para reconocer en ellas valores que enriquecen la vida”.

“Cuando estas diferencias nos llevan a conflictos y a descalificaciones es que vamos por mal camino y todos perdemos. Todos y especialmente los más pobres. Cuando esto ocurre es más que importante reaccionar inmediatamente para buscar una salida donde prime la búsqueda del bien común, del bien del pueblo que es a quien tenemos que servir”, advirtió.

Citando al papa Francisco en Fratelli tutti, monseñor Braida afirmó: “Cuando los conflictos no se resuelven sino que se esconden o se entierran en el pasado, hay silencios que pueden significar volverse cómplices de graves errores y pecados. Pero la verdadera reconciliación no escapa del conflicto sino que se logra en el conflicto, superándolo a través del diálogo y de la negociación transparente, sincera y paciente… Reiteradas veces propuse 'un principio que es indispensable para construir la amistad social: la unidad es superior al conflicto.[…] Sabemos bien que cada vez que las personas y las comunidades aprendemos a apuntar más alto de nosotros mismos y de nuestros intereses particulares, la comprensión y el compromiso mutuo se transforman[…]en un ámbito donde los conflictos, las tensiones e incluso los que se podrían haber considerado opuestos en el pasado, pueden alcanzar una unidad multiforme que engendra nueva vida'”.

Para finalizar su reflexión, el obispo animó a los riojanos a “valorar esa unidad que nos ayuda a descubrir lo valioso que hay en el otro o en cada institución social y a trabajar porque se dé una complementación provechosa para el bien del pueblo. La Iglesia está al servicio de esta unidad, ella no se identifica con ningún partido político, ni con una particular ideología, pero brega para que la democracia sea respetada y sus autoridades lleven adelante la misión para la que fueron elegidas. También alienta a la participación ciudadana y propicia que los laicos asuman compromisos políticos en los ámbitos que les sean más afines, y que los vivan desde el Evangelio y la riqueza enorme que hay en su doctrina social”.

“Los animo a que apuntemos alto. A que, con la escucha amplia de todos los sectores del pueblo y sus instituciones y una genuina participación, podamos soñar, proyectar y construir una Rioja pujante y hermosa”, concluyó.+

» Texto completo de la homilía